Elon Musk, un visionario preocupado por la Humanidad

Ambas empresas forman parte de su ambicioso plan personal: "Salvar el mundo". Nació en Sudáfrica en 1971, se nacionalizó canadiense y después dio el salto a EE UU. Musk asegura que no es ni un inversor ni un emprendedor corriente.

Su tiempo y su dinero los dedica a los problemas que le preocupan: la fragilidad del medio ambiente -"la necesidad de migrar de una economía basada en la extracción y la quema de combustibles fósiles a otra basada en la energía solar"- y la fragilidad de la Humanidad -"la probabilidad de que los humanos sobrevivan más tiempo aumenta si nos dispersamos por varios planetas"-.

En su país de adopción muchos lo consideran la versión real de Tony Stark, el personaje de cómic que encarna al superhéroe Iron Man. Ambos son millonarios, filántropos y con soluciones de alta tecnología para grandes problemas.

Cohetes reutilizables

Tesla Motors pretende azuzar la transición hacia los coches sin emisiones. Han construido la fábrica de baterías de litio más grande del mundo con el objetivo de reducir sus costes de manufactura un 30%. Con este movimiento también espera hacer rentable que los paneles fotovoltaicos almacenen su excedente de energía.

SpaceX, por su parte, quiere reducir los costes de los lanzamientos espaciales y, en última instancia, proporcionar las tecnologías que permitan colonizar otros planetas. Para, en palabras de Musk, transformar a la Humanidad en "una especie interplanetaria".

Sus últimos avances incluyen un cohete reutilizable que aterriza automáticamente después de cada lanzamiento, y su primera cápsula preparada para poner humanos en órbita. Musk aseguró en una charla en 2013 que le gustaría morir en Marte -"aunque no del impacto"- y quiere llevar a los primeros astronautas al planeta rojo antes de 2030. "Con la NASA o sin ella".