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José A. González
Viernes, 3 de julio 2020, 07:51
El problema de la basura electrónica no encuentra su fin. Cada vez se usan más dispositivos tecnológicos y el reciclaje de éstos no avanza a la misma velocidad. En 2019 se generó un récord de 53,6 millones de toneladas métricas (tm) de desechos ... electrónicos en todo el mundo, un 21% más en solo cinco años, según el Global E-waste Monitor 2020 de la ONU.
«Los resultados del Global E-waste Monitor sugieren que la humanidad no está implementando suficientemente los ODS», apunta David M. Malone, rector de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y subsecretario general de la ONU. «Se requieren esfuerzos considerablemente mayores para garantizar una producción, consumo y eliminación global más inteligente y sostenible de equipos eléctricos y electrónicos. El informe contribuye enormemente a la sensación de urgencia para dar la vuelta a este peligroso patrón global», añade.
De los 53,6 millones de toneladas métricas generadas en el pasado ejercicio, sólo el 17,4% de los desechos se recogieron y reciclaron. Esto significa, según Naciones Unidas, que el oro, la plata, el cobre, el platino y otros materiales recuperables de alto valor, valorados de forma conservadora en 50.630 millones de euros.
Un total superior al Producto Interior Bruto de la mayoría de los países y fueron, en su mayoría, vertidos o quemados en lugar de ser recogidos para su tratamiento y reutilización.
Según el informe, Asia generó el mayor volumen de desechos electrónicos en 2019, unas 24,9 tm, seguido de América (13,1 tm) y Europa (12 tm), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 tm y 0,7 tm respectivamente.
«Las cantidades de desechos electrónicos están aumentando 3 veces más rápido que la población mundial y 13% más rápido que el PIB mundial durante los últimos cinco años», denuncia Antonis Mavropoulos, presidente de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), en el informe de la ONU.
Desde 2014, las categorías de desechos electrónicos que aumentan más rápidamente en términos de peso total: equipo de intercambio de temperatura (+7%), equipo grande (+5%), lámparas y equipo pequeño (+4%). Según el informe, esta tendencia se debe al creciente consumo de esos productos en los países de ingresos más bajos, donde esos productos mejoran el nivel de vida.
Los desechos electrónicos son un peligro para la salud y el medio ambiente, ya que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio, que dañan el cerebro humano y/o el sistema de coordinación. Se estima que 50 toneladas de mercurio están contenidas en flujos no documentados de desechos electrónicos anualmente.
Agbogbloshie es el nombre del mayor mercado mundial de electrónica, aunque quizá habría que especificar más: chatarra electrónica. Este barrio, de nombre casi impronunciable para un hispanohablante, pertenece a la ciudad de Accra, capital de Ghana (África), y es el principal vertedero de desechos tecnológicos del mundo. Al oeste de la ciudad y situado en pleno golfo de Guinea, está el puerto de Tema, que recibe más de 600 contenedores al mes repletos de equipos electrónicos obsoletos.
La Convención de Basilea de Naciones Unidas regula el comercio de los productos de desecho. Según este acuerdo internacional, residuos y artículos peligrosos -incluidos los electrónicos- no pueden ser exportados a países en vías de desarrollo. La razón es que estos países, en general, no cuentan con las infraestructuras necesarias para llevar a cabo el tratamiento de los desechos de una manera correcta con el medio ambiente.
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