J. A. G.
Martes, 25 de abril 2017, 12:56
Hace más de un año se conoció que el padre de Google, Larry Page, había invertido alrededor de 100 millones de euros en uno de sus sueños: los coches voladores. Uber, Airbus y otras multinacionales ya trabajan en lo que, dicen los expertos, será el ... transporte privado del futuro.
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Doce meses después, Page ha visto hecho realidad su sueño. Kitty Hawk, una de las startups financiada por esos 100 millones de dólares, ha probado con éxito su coche volador. Aunque de coche tiene poco.
Se trata de un pequeño dron acuático que se mueve por las alturas gracias a ocho hélices conectadas a una batería. Pesa alrededor de 100 kilos y solo tiene capacidad para una persona. Según destaca Kitty Hawk, su vehículo se caracteriza por ser 100% eléctrico y, sobre todo, está pensado para "volar sobre superficies de agua dulce", según explica la compañía en su página web.
La primera prueba ha durado cinco minutos sobre un lago estadounidense y Kitty Hawk Fly se elevó cerca de 4,5 metros de altura sobre la lámina de agua. "Nuestra misión es hacer que el sueño vuelo privado sea una realidad. Creemos que todo el mundo debe tener acceso a este sueño, un nuevo mundo ilimitado de oportunidades se abrirá hasta ellos", añaden.
Hasta la fecha se desconocen los detalles del precio pero sí de la fecha estimada de salida al mercado, finales de 2017. La empresa ya ha creado una lista de espera prioritaria en la que los miembros tendrán que pagar 100 dólares para acceder a eventos y a pruebas en simuladores de vuelo.
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