Desalojadas dos familias y una decena de vecinos 'en peligro' tras derrumbarse una casa en Valderas

En torno a las 2:00 horas de la madrugada, la familia de José Sánchez daba el aviso a la Guardia Civil por un enorme socavón que se había producido en la calle paralela a la plaza de los Caños. Dicho socavón acabó por tragarse una casa que estaba deshabitada.

Hasta el lugar de los hechos se personaron los Bomberos del parque provincial de Valencia de Don Juan y la Guardia Civil, que poco más tarde de las 2:30 horas y comprobada la gravedad de los hechos, llamaba a las puertas de varios vecinos para pedir el teléfono del alcalde e informar de los hechos.

«Fue un susto tremendo», revela Pedro Guerra, alcalde de Valderas, «abrir la puerta a esas horas y ver a los agentes de la Guardia Civil con lo que había pasado». Estuvieron trabajando hasta las 05:30 horas de la madrugada y tras cortar «el abastecimiento de agua de la calle trasera, que había reventado» volvieron a casa.

Sin embargo, a las 8:00 de la mañana, «ya con la luz del día», fue cuando procedieron a desalojar a la primera familia afectada por daños secundarios, la de José Sánchez. «El problema es que se produce un efecto dominó», por lo que han desalojado a la otra familia de hasta trece miembros que también vive en la popularmente conocida como 'Plaza Mayor' del pueblo.

Las otras cuatro viviendas de este enclave han ido descubriendo a lo largo del día diferentes daños. A las 14:30 aún no se conocía con claridad los motivos del derrumbe, pero el pueblo entero sabe la circunstancia de las construcciones sobre bodegas y apuntan a la humedad producida por las lluvias de la semana pasada como posible causa. A mayores, contemplan la hipótesis de que se haya producido por el reventón de una tubería, pero sin ninguna confirmación.

Explican los vecinos que antiguamente existía una fuente en la plaza de los Caños. «Era un manantial del que manaba agua y se tapó», aseguran, sin saber muy bien cómo. Pero la gente mayor se pregunta a dónde va toda esa agua que sigue manando de forma natural.

Tras poner a salvo a la familia de la vivienda derruida a primera hora del martes, el temor permanece ante las secuelas: la casa que está justo a la izquierda —propiedad «de un americano» que falleció y que está cerrada, en venta— presenta enormes grietas; la casa siguiente a esta ha visto cómo su bodega se inundaba hasta casi cinco metros de altura en apenas unas horas cuando «hace un mes estaba completamente seca»; y la siguiente ha comenzado a las 15:00 horas a desalojar a una decena de miembros de su familia.

Las caras de preocupación se entremezclan con tensas conversaciones sobre lo que se les viene encima: peritos, seguro, responsabilidades, y el temor de verse en la calle de la noche a la mañana, como ya ha sucedido con José, Carmen, Charo y Gorka. Ellos han sido acogidos durante todo el día en casa de una concejala de Valderas y comenzaban su traslado a una vivienda facilitada gracias a la mediación del Ayuntamiento.

Según ha informado el obrero encargado de revisar los desperfectos y ha confirmado posteriormente el alcalde Pedro Guerra, la Junta de Castilla y León ha dado el visto bueno para que la Diputación de León intervenga a través de su equipo de técnicos arquitectos y aparejadores el miércoles 13 de marzo. Su misión será decidir la forma de actuar para comenzar las reparaciones oportunas sin exponer a ninguno de los miembros de estas actuaciones en riesgo por los derrumbes.