Petición tradicional y necesaria

La fiesta ha sido amenizada por los bailes de los danzantes de la zona portando sus típicos lazos.

La leyenda del Voto de Laguna nace en el saco del recuerdo, allí donde se esconde el folklore y el misticismo. Un albañil, que trabajaba en un arrabal cerca del Pontón, único puente de paso hacia el convento, se encontró en sus labores con la imagen de una virgen triunfante sentada sobre un trono y con un niño al lado izquierdo.

Las campanas sonaron a milagro y la fiesta se instaló en Laguna de Negrillos. Desde entonces, los lugareños la veneran y ella aún mantiene el rasguño que el albañil le esculpió cuando se afanaba en sus labores.

Pasados unos años, vinieron tiempos de escasez de agua, similares a los de este año. La historia se centra en como el ayuntamiento le hizo un voto: «Si la virgen manda agua, ellos, en agradecimiento, celebrarán una fiesta en su honor».

Dicen que la fe mueve montañas y el pueblo se lanzó en esta petición llevando a la virgen en procesión. La leyenda asegura que llovió tanto sobre los áridos y extintos campos secos que, de esta manera, nace la celebración de la Misa del Voto. En un principio era temporal, siempre el último sábado de abril, pero ahora la tradición se ha convertido en hábito y las campanas del Arrabal sonarán con un gracioso repique de fiesta y danza, se entonarán las coplas de alabanza y se mirará al cielo para suplicar.

Y este año se celebró más que nunca. Laguna de Negrillos no queda exenta de la dramática situación que atraviesa el campo leonés y se resguarda en la leyenda para crear una realidad que traiga el agua, más necesaria que nunca, que palie la situación.