La vendimia se adelantará con una bajada de rendimiento de 2.000 kilogramos por hectárea

Jesús Alonso, de Bodegas Luva, se resigna a aceptar que «este año igual bajamos unos 1.500 o 2.000 kilos por hectárea». Eso sí, aunque «el rendimiento sea bajo en el tema de kilos, la sanidad es buena y se prevé una cosecha con muy buena calidad».

Sin embargo, no está de acuerdo con él José Antonio Turrado, secretario general de Asaja León, que cree que «no se habla mal de la uva porque es mala publicidad, pero las uvas son pequeñas y ya se verá la calidad».

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Las consecuencias de una mala campaña pasarán factura al sector vitivinícola. Como ya ha ocurrido en otros sectores de la agricultura leonesa, los costes de producción han experimentado un aumento tal que el más mínimo inconveniente deja a su paso una gran pérdida de beneficios. La peor parte se la llevan los agricultores porque «al final las labores hay que hacerlas, los tratamientos son caros y, por supuesto, al haber menos kilos hay menos rendimiento económico».

Con los ojos mirando al cielo esperan los vitivinicultores una buena noticia. Y es que en el mes de agosto ya no se les permite regar, por lo que solo queda esperar que la lluvia le dé el último empujón que necesitan para salvar la campaña.

Aunque Jesús prefiere ser optimista y pensar en sacarle provecho a lo que perdieron por la pandemia. En prinicpio las consecuencias van a ser «en el rendimiento de litros de vino, pero tampoco tenemos mucho problema en ese sentido» porque al bajar la cantidad de vino este año podrán sacar a la calle «el vino que tenemos en excedentes».

Y es que, como él mismo afirma, «la viña se autorregula y lo que no te da un año te lo da para el siguiente». Así que solo queda aprovechar para «aprender y reinventarse» en esta atípica campaña.