Valdelugueros, turismo de montaña sin renunciar a la tradición

Para muchos, Valdelugueros es sinónimo de esquí y de montaña. La localidad leonesa se ha hecho un nombre por ser parte de la Estación de esquí de San Isidro. Son cientos los turistas que se acercan al municipio para poder disfrutar de un deporte con cada vez más fanáticos. A pesar de este inigualable atractivo, son incontables las zonas de interés de las que dispone Valdelugueros

Melchor Riol, oriundo de la localidad, trabajó toda una vida codo con codo con los mineros de la zona. Vivió en sus carnes la peor cara de la profesión. Los horrores que pudo apreciar de cerca le llevaron a escribir una novela titulada «La forja del minero», donde describe la vida de un joven Daniel nativo de Valdelugueros. Ambientar la obra en el pueblo leonés es ya un práctica habitual para Riol, que en su última publicación vuelve a imaginar personajes ficticios cuyas aventuras trascurren en este pueblo de la montaña leonesa.

Si por algo destaca sobremanera la localidad es por su oferta de montaña. Charlando con Riol, representante del municipio en el stand, podemos conocer más sobre una zona elegida por muchos para dar rienda suelta a su afición por el senderismo. El Pico Bodón, que ronda los 2000 metros de altitud, está marcado en rojo en la agenda de muchos aficionaos a la escalada. No muy lejos de allí, el esquí acapara todas las miradas. Las extensas pistas hacen las delicias de aficionados y profesionales. La multitud de restaurantes y hostales situados en Valdelugueros hacen aún más apetecible una escapada familiar para poder disfrutar de una temporada que está próxima a su final.

La historia de Juana de Arintero, una joven castellana nacida en este pequeño municipio perteneciente a Valdelogueros, merece mención aparte. En el siglo XV, esta valerosa mujer se alistó a la batalla bajo el nombre de Caballero Oliveros. En un mundo dominado por hombres, demostró una encomiable valentía que le hizo ganarse un nombre entre las tropas de Isabel en su pugna con Enrique VI. Fue tal su importancia, que hasta el mismísimo Fernando de Aragón supo de existencia. El histórico monarca perdonó el engaño a la mujer cuando se revelo su secreto. En su vuelta a León, nadie sabe a ciencia cierta que le paso, pero su nombre ha quedado vinculado para siempre a Valdelugueros.

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