La superficie de maíz crece más del 5% en León hasta alcanzar casi 79.000 hectáreas

Unos datos que para Asaja suponen «un nuevo récord de siembras que consolidan todavía más a la provincia de León como principal productora de maíz de España y como una de las principales regiones productoras de este cultivo en la Unión Europea», aunque «crecería más si no hubiese una limitación marcada por la normativa de la Política Agrícola Común (PAC) que impide que un cultivo ocupe más del 75% de la superficie de la explotación», informa Ical.

Entre los motivos para este crecimiento, Asaja apuntó que, «al margen del atractivo de unos buenos precios que puntualmente se dan en estos momentos», se trata de una producción «muy bien adaptada desde el punto de vista agronómico a las tierras de regadío de la provincia» y que «no tiene mayores problemas de plagas y enfermedades», al tiempo que se trata de un producto de fácil comercialización debido a la gran demanda «por ser España muy deficitaria en este grano».

«Teniendo en cuenta la inversión, el capital circulante, el trabajo que requiere, los ingresos en la venta de la cosecha y la seguridad que proporciona, es el cultivo más atractivo para los agricultores leoneses», señalaron desde la organización agraria.

No obstante, al margen del cultivo del maíz, los cambios más relevantes en las siembras de 2021 son una reducción del 2% en los cereales de invierno, el incremento del 49% en el cultivo de los guisantes y del 48,7% en la colza, el aumento de las siembras de remolacha en el 7,8%, la reducción del 12,37% en las siembras de patatas, la reducción del 7,15% en el cultivo de la alfalfa, el incremento del 4% en las vezas para forraje, la subida del 7,75% en el girasol y una superficie equivalente a la del año anterior en las alubias.

Por todo ello, Asaja pidió a las autoridades agrarias de la Junta, del Estado y de la Unión Europea, que permitan a los agricultores leones «producir lo que el mercado le demanda», lo que se adapta a la realidad agronómica de la provincia, así como que «no promulguen normas como las obligaciones en rotación y diversificación de cultivos», que suponen cambios para los que el sector «no está adaptado», por lo que «conllevarían una importante pérdida de ingresos».