Secciones
Servicios
Destacamos
Hace exactamente un año, el sector de la avicultura de carne lanzó un primer grito de auxilio. El incremento de los costes de producción, especialmente los relativos a las facturas de luz y gas, ahogaba su rentabilidad y como suele decirse, doce mese después, lo que no mejora, empeora ... .
Según los datos de la Asociación 'Defiende tu Avicultura', que representa al 26% de los productores de carne de pollo del país (500 explotaciones), solo en Castilla y León han dejado de criar 86 granjas, lo que se traduce en 2,7 millones de animales.
Alexis Codesal, presidente de este colectivo, desgrana el perfil de esas explotaciones que han optado por no meter pollos en sus naves y pone el foco en aquellas granjas cuyas naves están en régimen de alquiler. «Son las primeras que han cerrado, las naves no son suyas y son los primeros que han podido librarse de la pérdida no metiendo más animales».
De las 938 granjas avícolas que existen en la región, según los datos de Codesal, el 8% se encuentran en este régimen y durante el último año han dejado de afrontar crianzas el 75%.
Noticia Relacionada
«El problema viene cuando tienes una nave en propiedad y te han avalado tus padres con una casa, con tierras o has invertido todos tus ahorros, ¿cómo vas a dar el negocio por quebrado de la noche a la mañana?, arrastras a toda su familia». añade.
Alexis Codesal, que conoce la realidad en primera persona, sostiene que la gente «intenta aguantar como pueden, van pagando préstamos y no tienen sueldo, tiran de ahorros hasta que se agotan o meten dinero de la agricultura, pero eso no es justo para nadie».
La primera cuestión que viene a la cabeza conociendo los datos y desde el punto de vista del consumidor, es cómo se suplen todos esos kilos de carne que han dejado de producir esas granjas y vuelven a convertir en presente, la palabra desabastecimiento.
Codesal argumenta que las integradoras «como necesitan pollos, están metiendo animales en granjas con las que habían dejado de contar porque eran las menos eficientes, con instalaciones más antiguas».
Relata que, en algunos casos, «las hay de dos plantas, están dentro de la legalidad, pero eran granjas a las que habían rescindido contratos y han reactivado porque en la mayoría de los casos, al tener muchos años, ya están pagadas y los criadores no tienen que hacer frente a las amortizaciones».
En función de los datos que maneja y que resultan de los promedios de las 500 granjas asociadas, producir un kilo de pollo en sus instalaciones tenía un coste de 0,11 euros/kilo, «antes de la gran subida» y el precio que percibían rondaba los 0,15 euros/kilo.
«Ahora nos cuesta producir un kilo, 0,18 euros y nos siguen pagando lo mismo o incluso menos», asegura, «algunas integradoras han hecho un lavado de cara pero ellos tienen otras herramientas como la formulación de los piensos o el día que te sacan los animales por lo que, lo que te dan por un lado te lo quitan por otro, y eso se ve claramente si se comparan las liquidaciones actuales con las de hace un año».
La solución pasa, en palabras de Codesal, por subir el precio del pollo 0,10 euros, «es algo insignificante y el sector estaría completamente a salvo», aunque aclara que esa subida debería repercutir directamente en el productor.
De manera paralela a las reivindicaciones que plantean como sector, la asociación 'Defiende tu avicultura' ha solicitado entrar a formar parte de la interprofesional Avianza, en la que está representado todo el sector avícola, y por lo tanto, es un órgano válido para la interlocución.
«Solicitamos adherirnos en septiembre para ser representantes válidos y que los avicultores tengan su defensa», explica Alexis Codesal, «en octubre nos pidieron certificados individuales de cada explotación para ver si llegábamos al 10% de la cabaña nacional y tras no obtener respuesta enviamos varios escritos al Ministerio para que instara a Avianza a que nos contestara y el Ministerio nos respondió que Avianza no es ninguna interprofesional a pesar de que ellos mismos la citan como tal». En concreto, se les dice que el expediente de Avianza para ser reconocida como interprofesional se encuentra en «fase de instrucción».
Codesal tiene claro que de lo que se trata es de «evitar que entremos, pues las organizaciones agrarias no están quejándose por la Ley de cadena alimentaria y las integradoras no quieren».
Su percepción es que se busca «tener a los criadores aislados, lejos de abogados, lejos de la asociación, lejos de quién sepa lo que está pasando y aquí está todo el mundo compinchado para que esto se diluya, cuando sucede lo contrario».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.