Los agricultores leoneses que cultiven remolacha y ya la estén cosechando deberán enviarla a Toro para que sea recepcionada toda vez que Azucarera ha decidido no abrir su fábrica de La Bañeza hasta principios de 2023. Asaja afirma que la empresa se hace cargo ... de los costes del traslado porque prefiere asumir ese gasto a exponerse a abrir la factoría que se ubica en tierras leonesas y que tenga que frenar los trabajos de recogida con la llegada de las lluvias, las cuales se prevén copiosas en los próximos meses.
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La presencia de las precipitaciones impide cosechar las remolacha, puesto que las tierras se embarran e impiden la entrada de la maquinaria. En consecuencia, Azucarera no quiere poner en funcionamiento la fábrica de La Bañeza -con el coste de personal que eso supondría- para paralizar la recepción de remolacha en las jornadas que las precipitaciones hagan acto de presencia.
Según afirma José Antonio Turrado, presidente de Asaja en Castilla y León, hay muchos pequeños productores que «llegados a estas alturas del año están interesados en sacar la remolacha ahora». Otra de las razones que esgrimen buena parte de los agricultores dedicados a este cultivo para querer entregar la producción ahora y no más tarde es el incremento constante de los gastos, puesto que una parte importante de los agricultores temen que los costes de la energía sigan aumentando y, por tanto, esa cosecha pueda ser más cara a finales del año que en estos momentos. En cualquier caso, Azucarera asume el transporte hasta la industria de Toro, que este año contará con 178 trabajadores durante la campaña, el doble de empleados que durante el resto del año.
La campaña de este año es «ergonómicamente buena», destacan desde Asaja. En la provincia se destinan 3.830 hectáreas para este cultivo con unos rendimientos estimados de 345.000 toneladas. La Bañeza recepcionó la campaña pasada 82.300 toneladas
Curiosamente, la remolacha no se ha visto especialmente afectada por la pandemia y se esperan «mejores rendimientos que en los últimos años, con cerca del «centenar de toneladas por cada hectárea».
La remolacha es uno de los cultivos más extendidos en el campo leonés, si bien es cierto que el modelo de producción ha variado respecto al que conocíamos hasta ahora. Lo habitual es que un agricultor posea en propiedad o alquile los terrenos sobre los que siembra y recoge su cosecha, haciéndose cargo de los gastos durante todo el proceso de producción y obteniendo réditos de la posterior venta. Ahora, según apuntan desde Asaja, en León, especialmente en la zona de Shagún, está proliferando un cultivo compartido en el que la Azucarera asume parte de los gastos y, en consecuencia, parte de los beneficios. De esta manera, el agricultor que acuerda uno de estos contratos de integración no es dueño de su producto, pero asume menos gastos. También gana menos, pero es un dinero con menos riesgos. Muchos jóvenes cultivadores se están sumando a este nuevo modelo integrado.
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