«La gente no ve los gastos»

Defienden que el campo les gustó «desde pequeños». A sus 31 y 27 años, los hermanos Jaime e Isidro Herrero Benito cumplen tres años como agricultores a título principal, al apostar por hacerse cargo de la explotación familiar en la localidad burgalesa de Villalba de Duero. Con anterioridad, ambos, al acabar el bachillerato apostaron por seguir formándose en el Centro de Capacitación Agraria Viñalta en Palencia. «Es un trabajo muy sacrificado, lo hemos visto en casa con nuestro padre, pero siempre nos ha gustado y decidimos seguir adelante», defiende Isidro.

Entre los cultivos de su explotación destaca el regadío, centrado especialmente en el maíz y una muy pequeña parte de remolacha. En la actualidad, cuentan con alrededor de 40 hectáreas de maíz, un producto que «nos gusta e interesa».

Jaime desvela, mientras recorre una tierra recién sembrada, que en la actualidad «es uno de los cultivos de regadío más interesantes porque da margen de riego y no es tan esclavo como la patata, la remolacha o la cebolla, que tienes que estar tiempo. Al tener otras actividades en verano, el maíz se adapta a nuestra explotación». En esta línea, incide en que la calidad y características del suelo de Villalba de Duero, convierte a la zona en idónea para el maíz al ser una «vega con bastante cascajo».

Menos propicio es el cultivo de remolacha, por el que han optado por primera vez este año, pero de forma «muy residual». Explican que es un sector que «está bastante mal», al suponer «muchísimo gasto». Los fertilizantes están a un precio muy alto y esta alternativa da poco rendimiento, «pero teníamos un par de unidades y decidimos sembrarla por primera vez», confiesan ambos.

El regadío, según estos dos jóvenes agricultores, se puede entender de dos maneras diferentes. «Una superficie de regadío utilizada para secano, que son las menos. Hay producciones más grandes que el secano, pero más gastos como el pago del canon de regantes o la presión de las bombas de riego. Si haces cuentas, no se saca el potencial que tiene», matizan. Algo que sí sucede en los cultivos en verde, que son «más técnicos y se da más rendimiento, es lo idóneo».

En lo que se refiere a la situación actual del sector a nivel global, Jaime insiste en que la subida de precios les ha afectado de lleno. «El gasóil está al doble, los fertilizantes, sobre todo los nitrogenados, están tres veces más caros que el año pasado. Para el maíz es lo que más se utiliza». Apuntillan que finalmente la situación termina repercutiendo también en otros ámbitos: «Las casas de maquinaria, las ruedas suben mucho, los fitosanitarios, las semillas… Todo sube».

A la pregunta de cómo creen que se ve el campo desde fuera, Isidro lamenta que muchos piensen «que nos estamos haciendo ricos y no es así». Su hermano añade que se habla en la calle de los precios altos con los que se vende en la actualidad, del cobro de la PAC, pero «no se ven los gastos, solo la cantidad que se saca, no lo que cuesta o las inversiones que hay que hacer».

En cualquier caso, en la digitalización está uno de los avances más importantes del campo, según coinciden los hermanos. «Trabajamos con pulverizadores todo con caudalímetros para tirar litros exactos, abonadoras con control de pesada, sembramos con GPS. Son inversiones que hay que pagar».

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