El precio de la paja sigue sin tocar techo con operaciones de hasta 150 euros/tonelada

«Creo que ahora que se va a empezar a cargar se va a sujetar un poco, después no sé, esos 142 euros son un precio real de mercado, incluso hay operaciones por encima, depende de zonas».

La provincia de Salamanca, una de las más ganaderas de todo el país, «es la que más paja necesita, con diferencia es la que más consume, por lo que hay que suministrarse de fuera, ahora de Valladolid, Palencia o Zamora».

Su impresión, en un momento en el que «la paja no se encuentra fácilmente», es que la gente «va a comprar poca, se va a racionar y va a buscar alternativas, aunque son pocas y no hay milagros». Entre esas alternativas, en el caso de las camas, puede estar el serrín o la arena «pero todo sube al ritmo de la paja», lamenta, «para la alimentación la gente se va a esperar al silo de maíz y cosas así».

En otro punto de la región, en la localidad palentina de Paredes de Nava, se asienta la empresa Hermanos Infante Antolín, especializada en este negocio. «En esta zona, los secanos pueden tener una media de 500 o 600 kilos de paja y en regadío te encuentras desde 1.000 a 1.800, eso es menos de la mitad de un año normal», explica César Infante.

Reconoce que todo lo que tienen en sus manos «está prácticamente vendido, los precios son desorbitados, se paga hasta 150 euros/tonelada, pero en nuestro caso, vamos a cumplir con nuestros clientes, vamos a ser fieles aunque dejemos de ganar algo de dinero».

En su opinión «paja habrá para todo el mundo, no va a sobrar, pero el ganadero tiene que comprar sí o sí, aunque sea lo justo». También especifica que hay «muy poca paja de cebada, hay más de trigo, pero el ganadero se va a tener que agarrar a eso». Las últimas lluvias a la cebada la pillaron «ya hecha y la paja se ha puesto negra, nunca la he visto tan negra como este año».

Margen para subir

Sobre lo que pueda pasar en el futuro, su impresión es que «se va a pagar más, para mí el techo puede estar en 180-200 euros, los precios están locos y se puede llegar a eso cuando en un diciembre la paja esté apilada en naves que el agricultor tiene que pagar».

Concluye con algo obvio: «el año no se puede cambiar» y aunque, lógicamente, no va a ser igual de malo para todos, «en nuestro caso, cuando más ganamos es cuando la paja vale a 30 euros/tonelada porque hay el triple, voy a una tierra y hago paquetes, hoy en todo el día saco 50 y otros años hago hasta 300. ¿Qué adelanto con cargar 100 camiones si tenía que cargar 500?»

Manuel Rodríguez, representante de la empresa Rodrizur de Mamblas (Ávila), coincide en que «este año te tiras toda la noche para hacer un viaje y en un año normal haces hasta cinco, en este zona y en 100 kilómetros a la redonda, hay un tercio de la paja de otros años».

Coincide en que el precio «puede subir un pelín, pero no mucho más porque el ganadero está asfixiado», al tiempo que declara que en un mes la situación se puede complicar un poco más, «hay mucha menos paja y una vez que está recogida van a pedir más» mientras que la gente «va a ir metiendo según gasta, hay poca y se racionará».