La poda en verde, clave para la calidad de la uva

El viticultor de Ribera del Duero, Nacho Rincón nos guía por las claves de uno de los trabajos imprescindibles en el ciclo vegetativo de la vid y que juega un papel determinante en la calidad del fruto. En los últimos días, el productor de uva se encuentra inmerso en los trabajos de la poda en verde en su parcela 'El Frial', situada en la localidad burgalesa de Moradillo de Roa. Cepas de variedad tempranillo, con 0,90 metros de distancia y un brazo. «Para hacer la poda en verde, esperamos a que tengan diez centímetros de altura. Ahora, el problema es que los tallos pueden cascar con facilidad. Por lo tanto, hay que procurar que sean un poco más grandes y que les dé tiempo a todas las yemas a tirar, tanto las que salen en los tronchos como las que salen en la poda», explica. El viticultor incide en que es fundamental esperara al momento idóneo, ya que «si se hace demasiado pronto, las yemas que no han tirado, tiraran luego, y va a parecer que no has hecho nada». Alerta de que tampoco es bueno «esperar mucho, ya que el tallo se queda muy duro y tienes que ir con tijera». Por lo tanto, primera clave, la importancia del momento.

A partir de ahí, Rincón detalla que al realizar la poda en verde «observamos que en cada puesto hemos dejado dos yemas, más la ciega, esas dos yemas hay que dejarlas el tallo que haya salido y todo lo demás eliminarlo».

Uno de los principales beneficios de realizar la poda en verde es conseguir uvas de mejor calidad, al centrar los nutrientes en aquellas partes de la planta que realmente lo necesitan, pero no es el único. Con esta labor también se propicia la correcta formación del viñedo, sobre todo cuando este viñedo tiene una formación en espaldera.