La PAC y la concentración de Los Oteros, claves en un año de sequía agrícola

La concentración parcelaria más grande y que a más personas afecta no se ha planteado de manera correcta y ahora llegan los problemas. Algunos propietarios se encuentran, tras la resolución de las alegaciones, con más parcelas de las que tenían y en peores zonas. Ahora el problema para estas personas es mayor ya que lo que se abre es un periodo de reclamaciones y esto será lo que retrase la entrega definitiva.

También faltan las nuevas infraestructuras. Ya que, aunque las tierras esté divididas y ya entregadas, los caminos, carreteras y el resto de comunicaciones no estarán en el próximo ejercicio. La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural prevé que en la primavera de 2025 sea cuando estén finalizadas las infraestructuras resultantes de la concentración parcelaria de Los Oteros, cuyas obras permitirán el acondicionamiento de 722 kilómetros de caminos y de una carretera de 14 kilómetros que unirá las localidades de Matanza de los Oteros y Matadeón de los Oteros. En el caso concreto de Los Oteros, la concentración parcelaria, presupuestada en 28 millones de euros, afectó a un total de 33.500 hectáreas, el 75 por ciento de ellas de cultivo, que quedan en manos de 3.391 propietarios.

Una buena noticia para los agricultores llegó en octubre de este año, cuando el Gobierno, a través la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, aprobó el proyecto actualizado de estación de bombeo y red de riego del sector XI de la subzona de Payuelos, zona regable del embalse de Riaño, primera fase (León y Valladolid). Con ello, se inició el expediente expropiatorio por orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, según recoge la resolución de la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, que somete a información pública la relación de bienes y derechos afectados, y se fija fecha para el levantamiento de actas previas a la ocupación de los bienes y derechos necesarios para la realización de las obras.

El escenario de sequía severa que se ha extendido por toda la España seca, produciendo importantes pérdidas en diferentes tipos de cultivo, con especial gravedad los daños en los cultivos de cereal en tierras de secano, que ha sufrido pérdidas de entre el 60% y el 80%. Una situación que ha afectado con dureza al campo leonés donde las mayores pérdidas se dieron principalmente en el sector del cereal, aunque también se sufrió en los forrajes y en las leguminosas.

Y si la sequía afectó a unos cultivos, las lluvias torrenciales a otros. Con el fin de la campaña de alubias se pudo conocer que de las 4.381 hectáreas que había sembradas esta campaña, el 2% (más de 80 hectáreas) quedaron en el campo sin recoger, debido a las continuas lluvias. La producción ha sido de 10.750.000 kilos, de una buena calidad, gracias a la profesionalización del sector.

Y uno de los cultivos estrella en la provincia, tampoco vio su mejor año, desde el principio. Las siembras de maíz en la provincia de León cayeron un diez por ciento respecto al año pasado, al pasar de 73.787 hectáreas a 66.445, lo que supone un retroceso en el cultivo preferido por los agricultores leoneses debido a sus características agronómicas y a su mayor rentabilidad.

En el caso contrario se encontró la remolacha. La provincia de León fue, por primera vez, la que más superficie destinó a este cultivo, con 7.120 hectáreas, una superficie que se aproxima a la de toda Andalucía con dos grandes provincias productoras como son Sevilla y Cádiz. Así lo señaló el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), como organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, que sitúan a la provincia de León a la cabeza de la producción de remolacha en España por vez primera en la historia.

Respecto a la entrada en vigor de la nueva PAC en España, las organizaciones agraria se han posicionado en contra en múltiples ocasiones. Diferentes sindicatos han explicado que se ha incrementado la complejidad regulatoria para el agricultor y el ganadero y a lo que se le une la continua generación de normativa ambiental que incide directamente en la actividad agraria.

Y frente a esto se manifestaron los agricultores leoneses para exigir medidas que garanticen la subsistencia de un sector que «se ahoga». Su objetivo, levantar la voz frente al Gobierno central y Europa para que se modifique la nueva Política Agraria Común, que califican de «engañosa y complicada» y que dicen «no entiende nadie» antes de que sea demasiado tarde.

La nueva normativa en vigor ya afecta de forma importante y preocupante a la gestión de las explotaciones y las prácticas agrarias, a la vez que implica multiplicar las exigencias burocráticas y mayores costes.