Miguel García | Presidente de los regantes de Valdemudarra

«La normativa de la Unión Europea es la más restrictiva del mundo»

La presa de Valdemudarra y su comunidad de regantes se pusieron en marcha hace 16 años. El embalse tiene una capacidad de 5 hectómetros cúbicos. «En estos momentos su situación es buena, con unos 4 hectómetros», señala el presidente de la comunidad, Miguel García, quien prevé que no habrá «grandes problemas» para esta campaña.

El número de comuneros es de 177 y la superficie de riego de 1.250 hectáreas, distribuidas en los términos de Peñafiel, Padilla y Quintanilla de Arriba, Torre de Peñafiel y Manzanillo. De ser necesario, «estamos obligados a vaciar el pantano al Duratón para el mantenimiento del cauce ecológico y también podemos destinar el agua al abastecimiento de Peñafiel».

La infraestructura es eficiente hídrica y energéticamente, con un único consumo energético: el de la captación. El riego es por gravedad. Para regar se tiene que informar del día que se requiere, controlando el consumo con un contador y facturando individualmente. La eficiencia se aumentará con la modernización de la automatización y con energía solar para el funcionamiento de las bombas de captación, lo que abaratará los costes por regar. «Se recomienda el riego nocturno porque aprovecha el cien por cien del agua al no haber evaporación», implementándose medidas como «el apercibimiento a quien hace un uso inadecuado del agua, e incluso suspenderle el riego». En trámite está la posibilidad de cultivos alternativos para un mayor aprovechamiento de la infraestructura y más posibilidades para los regantes.

García entiende que debe existir «una política hidrológica sensata y correcta, ya que los organismos reguladores de cuenca no están haciendo política hidrológica sino ideología hidrológica», a la vez que insta a la Junta a que «continúe con las políticas que está ejecutando: la construcción de pantanos y los planes que está llevando a cabo de reestructuración, así como nuevas comunidades de regantes».

Asimismo, consiera que «la normativa de la Unión Europea es la más restrictiva del mundo», lo que somete a sus agricultores a una competencia desleal ya que «al sector primario europeo se le está exigiendo unos requisitos de producción» que no tienen en el resto del mundo, «permitiendo la entrada de productos de países que no se sabe ni qué requisitos tienen; y tampoco hay controles». Además, los requisitos PAC establecen unos criterios generales «que luego cada país, sin salirse del marco general, fija los propios con unos márgenes» que, según señala García, «en España son muy restrictivos mientras que en otros países de la UE son más amplios», lo que va detrimento de la competitividad de los productores españoles.

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