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Silvia G. Rojo
Viernes, 24 de noviembre 2023, 00:04
El próximo martes, 28 de noviembre, Acor celebrará en Olmedo su asamblea general de delegados en la que, como plato fuerte del día, se presentará y someterá a votación la modificación total estatutaria en la que lleva más de un año trabajando el consejo rector, ... y cuya redacción tiene la calificación prevista «favorable» por parte de la Administración regional.
Estas modificaciones se han explicado en las nueve juntas preparatoria previas y, como es lógico, no todos los socios están de acuerdo, especialmente en lo relativo a la situación en la que quedan los denominados socios inactivos, es decir, aquellos que no están entregando remolacha, colza o girasol en la cooperativa.
Como punto de partida, y casi como referencia anecdótica, se va a actualizar la denominación social, que pasará a denominarse Acor Sociedad Cooperativa en vez de Sociedad Cooperativa General Agropecuaria Acor.
Estos estatutos, de ser aprobados, también introducen el voto plural ponderado en el grado máximo que permite la norma, es decir, «entre uno y cinco votos sociales por cooperativista según la media de facturación de cada socio en relación con la de la cooperativa durante los tres últimos ejercicios aprobados. Ello, sin perjuicio del valor del voto del socio inactivo, que mantiene la equivalencia de su regulación actual, es decir, 0,1 voto social», según han informado a los socios en las publicaciones de la cooperativa.
Además, se actualiza el derecho de entrega de remolacha por aportación suscrita. Así, se propone incrementar el derecho de entrega de remolacha de ocho a diez toneladas amparadas en participación.
La sección de aceites se quiere integrar en la actividad global de la cooperativa y, en este sentido, «las aportaciones al capital social darán derecho a entregar, además de las diez toneladas de remolacha, 0,5 toneladas de semilla oleaginosa (colza/girasol) por participación suscrita». De este modo, «se equipararían todas las aportaciones del capital social de Acor a un valor nominal de 60 euros/participación». ¿Qué supone este cambio? Pues que cada aportación de la, hasta el momento, sección de aceites, se convertirá en diez de aportaciones al capital social de la cooperativa.
Intereses por el capital
También se plantea la posibilidad de remunerar las aportaciones suscritas al capital social y de este modo, «a propuesta del consejo, la asamblea podrá determinar, en el marco de la Ley, abonar un interés por el capital suscrito cuando existan resultados positivos y el socio haya realizado la actividad cooperativizada cumpliendo con sus entregas. Los socios inactivos estarían expresamente excluidos de estos posibles intereses al capital».
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Una de las cuestiones que parece que más ampollas ha levantado entre una parte de los socios es la obligación estatutaria de colaborar con una cuota anual «para que todos contribuyan a sufragar, de alguna manera, gastos fijos de los que todos se benefician, cuyo importe y calendario se determinará por la asamblea cada año y de la que sería exonerado todo socio que haya realizado la actividad cooperativizada comprometida». Algunas fuentes inciden en que sería una cuantía «simbólica» e insisten en que «primero tendría que aprobarlo la asamblea».
Por último, se persigue limitar el número de mandatos a dos consecutivos para los cargos de presidente, vicepresidente y secretario del consejo rector.
Los datos se actualizan cada año y no parece cosa sencilla si se tiene en cuenta que hasta cuarenta socios fallecidos seguían apareciendo en el último listado de Acor, dado que la situación no se había notificada a la cooperativa. De manera general, se puede afirmar que de los 4.093 socios de Acor, casi un tercio, son inactivos, y que solo este año se han producido 180 altas y 300 bajas. Es un hecho que los nuevos estatutos priman a la figura activa. «El socio que participa en la actividad de la cooperativa será el eje central de los nuevos estatutos», dicen los responsables, mientras que hay quien lo interpreta como «una invitación a que nos vayamos».
Los posibles cambios se han explicado en las nueve juntas preparatorias que se han celebrado en días pasados y algunas voces ya plantean «recurrir esos estatutos como salgan adelante».
También hay quien lo interpreta como «una declaración de guerra, una amenaza a los socios, y esto ya dice mucho».
De salir adelante este cambio de estatutos, tampoco habrá diferencia entre las participaciones asociadas al azúcar y las del aceite, todo será parte de una misma sección, algo que pone sobre la mesa, una vez más, cómo arrancó aquella sección de biodiesel y que muchos socios no se cansan de repetir: «con el traspaso del dinero del azúcar».
Otras fuentes más próximas al consejo rector opinan que se trata de «adaptar» a la cooperativa a los tiempos actuales para que las decisiones se puedan tomar de manera más ágil «y sin ánimo de echar a nadie».
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