La meteorología condiciona una campaña de girasol que estará entre las peores de la década

La cooperativa comenzó el pasado lunes la recepción del girasol contratado por los socios en la Planta de Tratamiento de Aceites y Oleaginosas de Olmedo, Valladolid, e insisten en que los rendimientos que van viendo «no han sido nada buenos».

«El año ha estado muy condicionado por la meteorología», explica Francisco Sánchez, del Servicio Agronómico de Acor, «ya del invierno no se venía bien y aunque en marzo y abril llovió lo suficiente para plantear las siembras, a posteriori ha sido un año muy seco, no había agua en el subsuelo, bodega para poder tirar».

Añade que en aquellas zonas donde ha caído alguna tormenta, «en las comarcas más tradicionales», es donde se puede obtener algo de rendimiento «aceptable», en el resto «hay parcelas que no van a llegar ni a mil kilos, incluso muchas que no pasarán de los 600 kilos/hectárea, fácilmente».

Pero aunque esa es la realidad de las tierras de secano, en las de regadío las plantas también se han visto afectadas por golpes de calor. «Cuando hace calor de forma tan intensa la planta no es capaz de hacer llegar la humedad a todas la células y no da rendimiento».

El tiempo que pueda hacer a partir de ahora, y con más de un mes de cosecha por delante, «da igual en aquellas plantas que tienen el ciclo concluido, pero en los ciclos medios las lluvias todavía favorecen el desarrollo», matiza el experto.

En cuanto al precio, el Consejo Rector de Acor ha aprobado un precio base garantizado de carácter mínimo de 630 euros/tonelada para la pipa de girasol clásico, junto a una prima de 70 euros/tonelada en el caso del girasol alto oleico. Al final de la campaña se determinará el precio final de liquidación en función de la evolución del mercado durante el periodo de entregas que finalizará el 22 de octubre.

En la lonja de Salamanca de esta semana todavía no ha comenzado a cotizar el girasol y tampoco lo han hecho ni en Zamora ni en León.

Incremento de superficie

La superficie de girasol en Castilla y León ha alcanzado esta campaña las 390.000 hectáreas, 139.000 más que los datos anteriores, lo que representa el 47% de toda la superficie sembrada en España. Sin embargo, no son las cifras más altas de la historia de este cultivo, en el año 1993 se superaron el medio millón de hectáreas en la Comunidad.

Esta subida tan notable se ha debido, en el caso del regadío, a los altos costes de producción y la escasez de agua en algunas zonas como el Pisuerga, que ha hecho que los agricultores optaran por cultivos como el girasol en detrimento de patatas o remolacha, con mayores necesidades tanto hídricas como de costes.

Además, con motivo de la guerra de Ucrania se flexibilizaron distintas condiciones del pago verde de la PAC (Política Agraria Común), con el objetivo de incrementar el potencial productivo de las superficies agrarias de la Unión Europea.