Secciones
Servicios
Destacamos
No se trata de una queja después de la fuerte sequía que arrastraba el campo, pero lo cierto es que las lluvias de las últimas semanas y, de manera definitiva 'Efraín', han provocado la paralización temporal de la campaña de remolacha que todavía cuenta con ... hectáreas sin arrancar. «El agua es una buena noticia para el campo y para cualquier cultivo, desde el punto de vista logístico nos genera problemas», declara el responsable del Servicio Agronómico de Acor, Óscar Olivar.
La cooperativa inició la campaña el pasado 20 de octubre y desde entonces «el 50% de los días ha llovido. Desde esa fecha y hasta la borrasca de esta semana habían caído 200 litros en algunos puntos de la región, lo que nos ponía las cosas muy difíciles, pues el estado de las parcelas cargadas de humedad impedían que las máquinas pudiesen trabajar», añade.
Solo desde el pasado viernes hasta este miércoles habían caído en Olmedo, donde se asienta la fábrica de Acor, 70 litros por lo que, finalmente, no ha quedado más remedio que interrumpir de manera «temporal» la campaña para retomarla cuando el tiempo se estabilice y se pueda acceder a las tierras.
Olivar comenta que si no se ha parado antes ha sido «por el gran compromiso de las máquinas de arranque, cargadores y transportistas, que han tenido situaciones muy complicadas en caminos y parcelas y sin olvidar la predisposición de los socios para arrancar y mantener el ritmo de entregas».
El experto reconoce que la situación ideal es la de no parar, «pero la cooperativa está preparada para esta interrupción, es algo que llevábamos tiempo sin hacer, nunca son los planes iniciales pero ha ocurrido más veces; con esta interrupción temporal se para la fábrica para la recepción y cuando se arranque toda la remolacha que nos queda, se volverá a abrir». Están pendientes unas 1.500 hectáreas.
Este año el cultivo, que ha sufrido las consecuencias de un verano extremo, llevaba un retraso con respecto a un año normal pues dos tercios del mismo se sembraron a partir de abril.
Toro y Miranda
La fábrica azucarera de Toro cierra hoy viernes después de 75 días de actividad, desde que se iniciase la campaña el pasado 3 de octubre. Aunque la previsión era poder molturar el cien por cien de las 3.650 hectáreas de remolacha sembradas en la zona, las intensas lluvias caídas en los últimos días han impedido la recolección total de la raíz, quedando en el campo, en este momento, 1.016 hectáreas sin arrancar. Esta fábrica ha molturado 316.000 toneladas de remolacha líquida, una cuantía similar a la de la campaña pasada.
La remolacha que aún no se ha podido arrancar en Toro se molturará en la fábrica de La Bañeza (León), «sin coste alguno para el agricultor», al igual que, hasta el momento, los agricultores de la zona de León que decidieron adelantar la recolección de remolacha, han podido llevar la raíz a la fábrica de Toro.
«Nuestro objetivo es adaptar la molienda a las necesidades de nuestros agricultores, por eso pusimos en marcha esa flexibilidad fabril. Conseguimos, de este modo, tener siempre una de nuestras tres fábricas de la zona norte abierta desde principios de octubre hasta mediados o finales de febrero», explica la directora Agrícola de Azucarera, Salomé Santos.
La Bañeza abrirá en cuanto el tiempo lo permita mientras que Miranda sigue con la actividad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.