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Una apuesta innovadora por el producto local mediante una producción eficiente, sostenible y de calidad. Así se pueden establecer las líneas maestras del proyecto de producción agrícola de la empresa leonesa Ensaladas Émeral, que tiene su finca de explotación a las afueras de Trobajo del ... Camino, a escasos kilómetros de la ciudad de León. Los socios son dos estudiantes de la ULE, David Fernández Iglesias, que se encarga del tema de producción, y Beatriz García Martínez, con labores más de gestión administrativa.
Tras dos años de darle muchas vueltas y analizar de forma pormenorizada la viabilidad del proyecto, a mediados de mayo van a poner en marcha una prueba comercial con una producción semanal de mil paquetes con dos modelos distintos, uno con cuatro tipos de lechugas con diferentes sabores y texturas, y otro con rúcula de hoja lisa y espinacas. Todo ello con la máxima diferencial de la calidad y frescura de «productos kilómetro cero hechos por leoneses para la ciudad en León sin presencia de químicos ni pesticidas. Del campo a la mesa. Que premie la calidad y el cuidado al medioambiente», resalta Fernández, promotor del proyecto.
A la alta calidad de los productos se une el método de cultivo, inédito en León. El proyecto se fundamenta en un tipo de cultivo basado en la técnica del 'market gardening', una técnica pionera en países como Estados Unidos, Japón, Canadá, Países Bajos y Suecia, pero en general muy poco extendida, que busca en León abrir un hueco a sus productos en el consumo diario de los leoneses. «Es una técnica que busca maximizar la producción en el menor espacio de tierra posible bajo unos principios claros de cuidado del medio ambiente. Utilizamos menos terreno que la agricultura tradicional. En nuestro caso disponemos de 1.000 metros cuadrados de terreno cultivable entero para la ciudad de León; como máximo este tipo de agricultura llega a ocupar unas tres hectáreas cuando de la manera tradicional se requieren 1000 hectareas, que son unos 10.000 metros cuadrados», asegura.
Además, una de las ventaja de este tipo de producción agrícola es que, como no hay ningún tipo de arado sino que se hacen unos bancales en el terreno, «no desertificamos el suelo, le aportamos fertilidad y gastamos muy pocas cantidades de agua por lo que somos muy eficientes; es un modelo que se puede implantar en cualquier tipo de tierras», sostiene Fernández, antes de asegurar con gran convencimiento que es la agricultura del futuro.
David Fernández es natural de León y, como el mismo reconoce, al principio no le interesaban mucho las cuestiones vinculadas con la agricultura. Sin embargo, «a raíz de la pandemia fui valorando la oportunidad de tener una cosecha propia de alimentos viendo los problemas ocasionados por el cambio climático. Entonces me informé sobre este tipo de agricultura ecológica y gracias al doble grado de Derecho y ADE que estoy cursando en la ULE, llegué a la conclusión de que era una opción que podía tener cabida y futuro en León«, admite.
Con la decisión tomada, la siguiente cuestión era si establecerse en León o marcharse fuera porque oportunidades había, pero lo tuvo claro desde un principio. «Me podía haber ido al País Vasco porque existen mejores condiciones climatológicas, pero aposté por Léon porque es mi ciudad , me gusta mucho y tenía los terrenos propiedad de mi abuelo, así que me puse a reinstaurar la finca», explica.
El año pasado ya llevaron a cabo en la finca una serie de pruebas para observar insitu si funcionaban perfectamentente las cuestiones productivas. Ahora en mayo llega la prueba defintiva ya distrubuyendo a la ciudad de León «un producto recién cortado y sin la generación de gases de efecto invernadero derivados de los transportes de largas distancias», explica el joven agricultor, quien adelanta que las bolsas donde vendrá el producto listo para su venta no son de plástico sino de fécula de maíz. «Si la prueba funciona bien para el próximo año tenemos pensado buscar nuevos modelos y ampliar la gama», adelanta.
Los clientes principales de Émeral serán las tiendas de fruta y verdura de la ciudad de León y poder competir con lo vendido en los supermercados. «A diferencia de lo que ocurre en los supermercados donde siempre encontramos las bolsas con la misma variedad de hojas y que además en ocasiones llevan en el refrigerador varios días, con nuestra producción natural queremos ofertar productos que no sean tan comunes con la más alta calidad. Además, como otro cliente estaría la restauración», comenta.
Respecto al futuro, desde Émeral buscan expandir el conocimiento de esta nueva forma de producción a la vez que sirven a la ciudad de León, de los mejores productos, primando la calidad y el trato cercano hacia clientes y vecinos. «Nuestra aspiración a largo plazo es mantenernos en nuestra ciudad y que otras personas de nuestro entorno den un paso adelante y prueben esta nueva forma de producir respetuosa con el medio ambiente», reconoce David Fernández.
La técnica de cultivo que utilizan en Émeral se basa en crear sobre el suelo unos bancales permanentes mediante el uso de compost, ya que al poner una capa de compost por encima de la tierra «esta mejora en prácticamente todos los aspectos: retiene mejor el agua, se abona, no salen malas hierbas, y además se mejora la estructura del suelo y evita la desertificación que ocurre en el labrado y el abonado químico de la agricultura convencional». Nunca más se vuelve a arar esos bancales, lo máximo que se hace es airear la tierra mediante el uso de herramientas como la horca de cavar o la laya de doble mango. «De esta forma no se altera la biodiversidad del suelo y permite que todos los microorganismos y demás descomponedores actúen sin provocarles daños», incide.
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