Las heladas de primeros de mes provocan la resiembra de 1.000 hectáreas de remolacha

Olivar identifica zonas como la de Aranda de Duero, entre las más afectadas, «la gente que sembró en la segunda quincena de marzo, la pilló naciendo, rompiendo», al tiempo que añade que el coste «no lo ha tenido que asumir el agricultor, lo ha asumido Acor con las casas comerciales que nos han ofertado precios especiales para ayudar».

Sobre la contratación de remolacha para esta campaña, Acor prefiere esperar a dar cifras oficiales hasta que el cierre sea definitivo, pero ya adelantan que esperan «una reducción con respecto a la campaña anterior», en la que se superaron las 11.000 hectáreas. Esta situación viene condicionada por los incrementos en los costes de la luz, los fertilizantes y, «especialmente la sequía», a la que se ha unido en el último momento la guerra.

«Muchos agricultores que dependen de un embalse estratégico para nosotros como es Aguilar, querían sembrar y no han podido por la falta de agua, pero no es un único factor, nos lo tomamos como un año de transición, con la vista en la nueva PAC».

Salomé Santos coincide a la hora de analizar los factores y se detiene en el hecho de que «antes de la guerra de Ucrania teníamos unas perspectivas muy distintas a las que se han ido sucediendo».

Así, «el coste de la energía no era un asunto de la envergadura que ha terminado siendo; los fertilizantes ya tenían un incremento importante que se ha consolidado más y el incremento de los precios de cultivos alternativos como el maíz o el girasol ha sido espectacular». Es más, el girasol se ha convertido en un competidor director cuando nunca lo había sido.

Azucarera, sube superficie

Expone Santos que la «oferta diferenciada» en la que proponen diferentes modelos de contratos les va a permitir incrementar la superficie, de manera «modesta» a pesar del «importante» esfuerzo realizado.

Si se analiza la situación por fábricas, identifica la de Toro (Zamora), como la que ha planteado una situación más compleja debido al riego por sondeo que abunda en este territorio y que es «el que más se ha encarecido». A pesar de que las cifras no son definitivas, de momento ya cuentan con 3.500 hectáreas, frente a las 3.300 de 2021. En Miranda, se va a pasar de 2.200 a 2.600 hectáreas, «un crecimiento importante», aunque de esas hectáreas, alrededor de 600 son del territorio de Castilla y León, especialmente de Burgos y Palencia. En el caso de La Bañeza, todavía el margen de siembra es mayor, al menos un mes, y a pesar de que ya suman 3.900 hectáreas, frente a las 3.650 de hace un año, esperan rondar las 4.100.

De este modo, Azucarera suma unas 1.000 hectáreas a lo que consideran la zona norte, «no es el crecimiento que nos hubiera gustado», asume, mucho más teniendo en cuenta la tendencia alcista del precio del azúcar.