Los ganaderos comienzan a recoger firmas con el objetivo de parar la vacunación contra la lengua azul

«La gente está nerviosa», reconocían algunos de los participantes que, en muchos casos, mostraban muchas dudas ante lo que puede resultar más conveniente.

En cualquier caso, el proceso de vacunación contra esta enfermedad comenzó el pasado martes, se extenderá durante unos 50 días y es la única manera de que el ganado pueda salir de las explotaciones. El área restringida también afecta a las unidades veterinarias de La Fuente de San Esteban, Lumbrales, Tamames y Sequeros, además de Ciudad Rodrigo. En total, se calcular que se vacunarán a unas 400.000 cabezas entre ganado ovino y vacuno, en este último caso, se debe revacunar a las tres semanas.

Los ganaderos, llegados desde diferentes puntos de la provincia dado que la medida afecta a un radio de 50 kilómetros a la redonda, han iniciado la recogida de firmas para tratar de que la administración paralice la vacunación. Una batalla que ya de entrada parece perdida pues el protocolo nacional, aprobado por todas las Comunidades Autónomas y el Ministerio en reuniones sectoriales, recoge esa obligatoriedad de vacunar en una enfermedad que es de declaración obligatoria.

Desde la parte ganadera, consideran innecesario vacunar ya que el mosquito transmisor desaparecerá en poco más de un mes y con vacuna o sin ella, la zona será libre estacionalmente.

Las quejas también tienen que ver con el miedo y las posibles reacciones adversas de la vacuna que, en otras ocasiones, se han traducido en abortos. Las autoridades insisten en que la vacuna se está poniendo en otros puntos y no está acarreando problemas. Eso sí, algunos expertos añaden que hace reacción con otros medicamentos.

También se quejan de la dificultad del manejo de los animales que, en muchos casos, han pasado el saneamiento hace pocas fechas y es todo un problema meterlos en la manga.

Ángel Calderero, ganadero de la zona, comentaba en el trancurso de la concentración que el objetivo de la misma era «pedir explicaciones e información porque no tenemos nada, supimos que saltó el foco y casi tenemos más información por los medios de comunicación que por la administración».

Considera que a pesar de existir un protocolo «cada administración hace su interpretación» y reclama que al menos sean «flexibles» con los movimientos a matadero. En el caso de la comarca de Ciudad Rodrigo tan solo hay dos y en un caso «no hacen maquila, solo trabajan para ellos y aunque quisieran, no tienen personal y el otro, tampoco puede abordar tanta cantidad».

La cuestión es que estos ganaderos deben servir a sus compradores y éstos a sus clientes. «Lo que puede pasar es que ahora no haya carne y salga toda luego de golpe, lo que va a desequilibrar el mercado».