Las cosechas del Páramo y Astorga corren peligro si no se consigue regar hasta finales de agosto

«La cuestión está en aguantar una semana más o una semana menos» afirma José Antonio Turrado, secretario general de Asaja León. «Si se consigue regar con normalidad hasta finales de agosto se podrá salvar bastante» prosigue, acordándose de que se empezó a regar demasiado pronto y ahora puede tener consecuencias.

«Puede caer la producción hasta en un 15 o 20 por ciento» lo que significaría no solo no obtener ningún beneficio sino, en la mayoría de ocasiones, generar pérdidas. A pesar de que ya se contaba con estas condiciones porque «en verano siempre llueve poco», las «pocas lluvias que cayeron al final de la primavera» acrecentaron la situación.

«Ya se sabía que se iba a llegar muy justo al final de campaña» pero las cosas están «aún peor» de lo que se esperaba, se resigna Turrado. Y aunque quiere mostrarse optimista no puede asegurar si todos los cultivos podrán salir adelante. «La patata, la remolacha y el maíz son los más críticos» aunque, en general, todos los de regadío tienen problemas, y además tienen unos costes que «no se sabe si se van a recuperar».

Así se encuentra la situación para los agricultores leoneses, mirando al cielo con la incertidumbre de si podrán sacar sus cosechas al final de esta campaña o si obtendrán los beneficios suficientes para poder encarar la próxima.