La campaña de riego se complica en el Bajo Duero, que sufre cortes intermitentes

En otros canales es el personal propio el que debe llevar esta tarea de corte y así en algunos casos, al tratarse de fin de semana, no se hizo hasta el lunes.

En el Toro-Zamora, por ejemplo, se cortó el agua para el riego desde un martes a las 18:00 horas y hasta las 6:00 del miércoles, y desde el sábado del pasado fin de semana hasta el martes de este semana.

Estos presidentes y los responsables de la CHD volverán a reunirse el próximo 3 de agosto, para ver la evolución del río. «En principio no se van a dar esos cortes, la reunión es para ver cómo está el sistema y si no recupera, que todo el sistema haga algún esfuerzo». Este planteamiento afectaría desde el inicio de cuenca hasta el final, con el objeto de poder rematar la campaña.

Ballesteros reconoce que la campaña está siendo «complicada, compleja, ya arrastrábamos sequía y ahora las altas temperaturas; solo quiero pensar en llegar al 30 de septiembre, que es cuando termina la campaña».

Los presidentes ponen además, el foco en las tomas directas, es decir, aquellos que cogen el agua directamente del río y para los que la Confederación hace una semana que estableció turnos de riego.

Tomas directas

«Es el momento de retomar la central de usuarios del Pisuerga-Bajo Duero, que sea un arma para que todos los regantes estemos igual y no los de toma directa puedan disponer de 6.000 metros cúbicos y el resto de 3.000, tenemos que tener todos el máximo en función del año, pero todos lo mismo», añade.

El presidente del canal de Pollos (Valladolid) insiste en esta misma cuestión, «las tomas directas sacan lo que quieren, nosotros no, está todo medido con caudalímetros».

Asegura que en el canal que gestiona «estamos elevando el 30% de lo que se podría sacar, la gente está bien ordenada para sacar adelante todos los cultivos, pero estos porrazos nos descentran a todos».

En este caso, la zona de vega junto al río Duero ha cambiado esta campaña de color, y el verde del maíz de otros años, se ha sustituido por el amarillo del girasol, en previsión de la campaña que se podía avecinar. «Hay unas 800 hectáreas de pipas y no se ha sembrado más cereal porque no se ha podido, no nos habían entregado todavía la concentración y no ha quedado más remedio que tirar por el girasol y encima, ahora así», concluye.