La caída del maíz, la PAC y la sequía lastran el año agrícola en León

Un año fructífero en noticias que poco han tenido que ver con el campo en sí y que han estado marcadas por los conflictos con la Política Agraria Común, de la que el sindicato Asaja en León dice ser la provincia más damnificada.

La norma, que limita las hectáreas de cultivo para cereales como el maíz, principal producto en la provincia, supone la «gran espina del 2023». Para el secretario general de Asaja en León, José Antonio Turrado, la bajada del cultivo unida al desplome de los precios del cereal alrededor de un 30% ha supuesto el mayor golpe para el sector. Por segundo año consecutivo se redujo la superficie de siembra de maíz, situándose en 68.039 hectáreas condestino a grano, lo que supone un descenso del 7,78% respecto a 2022.

A esta bajada se une el de las oleaginosas de girasol y colza, con caída de precios motivados por la situación de los mercados internacionales, con un total de 18.773 hectáreas, lejos de las 21.740 del pasado año.

A esta situación se suma la sequía que por segundo año ha sido un quebradero de cabeza para los agricultores de la provincia, especialmente en secano. En el lado positivo encuentran el último trimestre del año, con lluvias desde septiembre y sin nieve que ha permitido a los pastos de las zonas de montaña finalizar en remontada 2023.

También en el ámbito de la ganadería extensiva Turrado celebra que la provincia se ha «librado» de las enfermedades que el pasado año marcaron a las explotaciones como la fiebre hemorrágica epizoótica o la lengua azul y esperan la llegada de vacunas que pongan un freno en los próximos años a estas enfermedades. En cuanto a la ganadería intensiva, las explotaciones avícolas y porcinas de engorde siguen siendo las que más interés despiertan, aunque se ha reducido por la alta inversión de ponerlas en marcha y la subida de costes de producción. «Hay demanda, pero menos», concluye Turrado.

La nota positiva a un año complicado la marcan las frutas, con una producción «razonablemente buena», y el cultivo de remolacha, que en 2023 batía el récord de producción en la provincia y convertía a León en el principal productor de este cultivo en nuestro país. En este sentido desde Asaja piden tanto a Acor como a Azucarera «un esfuerzo» para que este ejercicio se pueda llegar a las 10.000 hectáreas de remolacha, 3.000 más que el pasado año, que se traduzcan en un millón de toneladas del cultivo para mantener a León a la cabeza.

Con la subida de precios y la bajada «insuficiente» de los insumos el sector agrario de León cierra el ejercicio con 815 millones de euros, un 4% menos que en 2022 por la caída de los cereales y la subida de los precios.

La renta agraria alcanza los 230 millones de euros, mientras que la renta empresarial agraria lo hace con 153 millones. También baja el número de agricultores en la provincia, con 6.299 cotizantes a cierre de 2023. Se esperaba revertir un 2022 «muy, muy malo» y de mucha caída respecto a 2021, pero no ha sido así. «Esperábamos remontar y no», lamenta Arsenio García Vidal, presidente de Asaja León, que recuerda que la renta agraria en 2022 fue un 14% inferior a 2021, y en 2023 ha caído casi un 3 por ciento más.

En cuanto a la incorporación de jóvenes al campo en la provincia, se estima que 150 expedientes se han presentado en dos años. Una cifra que el sindicato ve «razonable» porque «León no puede asumir más de 80 o 100 nuevas incorporaciones al año». La explicación se encuentra en las explotaciones agrarias que «están infradimensionadas y no tienen el tamaño idóneo para ser competitivas» al ser «pequeñas y de costes fijos que reducen la rentabilidad».

Con este balance Asaja se enfrenta importantes retos en 2024. La vista está puesta en los mercados internacionales, especialmente en Ucrania, cuya «competencia desleal» desde el estallido del conflicto «está haciendo trizas al sector». También están pendientes de los países de América y sus gobiernos, como en el caso de Argentina.

La reforma de la PAC es el otro punto clave que se marcan los agricultores, que junto al resto de organizaciones agrarias y de la mano de la Consejería de Agricultura presentarán al Gobierno central y a Europa una propuesta de modificación que atiende a sus demandas. Situación similar que con el lobo, que sigue a la espera de las respuestas de Europa.

En cuanto a la modernización de los regadíos, que en 2024 está previsto que llegue a importantes zonas de la provincia -Sector XI de Payuelos, Canal de Velilla en El Páramo, Sectores II y III del margen izquierdo del Porma, zona regable de Ribera Alta del Porma, zona regable de Llamas de la Ribera y zona regable del Canal Bajo del Bierzo-, Asaja pide un «compromiso real» para que las obras empiecen este año. «Pedimos que las máquinas estén trabajando ya, son obras muy importantes», recordaba Turrado, al tiempo que deseaba que de cara al nuevo ejercicio se comience a tramitar más proyectos de modernización y concentración.

Por último y en cuanto a uno de los proyectos más importantes del pasado año, la concentración parcelaria de Los Oteros, el secretario general de Asaja en la provincia recordaba que la demora en la entrega de parcelas y la climatología impedirán que este 2024 rindan plenamente las parcelas. Será a partir del otoño de este año y con la vista puesta en 2025 cuando todas las hectáreas esta´ran en condiciones de sembrarse con especial importancia de la alfalfa, que «pondrá en valor esta infraestructura y mejorará la renta de los agricultores».