El campo de León se encuentra en plan cosecha del girasol, si bien es cierto que las lluvias de las últimas semanas han paralizado el proceso y los agricultores se afanan por aprovechar los días secos toda vez que las lluvias caen de forma intermitente, ... jornada sí, jornada no. Un agua tardía que bien podría haber llegado meses atrás, cuando la planta comenzaba a germinar. De haber sido así las previsiones no serían tan catastroficas, ya que se espera que los productores de este cultivo recojan un 50% menos de kilos por hectárea trabajada que el pasado año.
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José Antonio Turrado, presidente de Asaja en Castilla y León, señala que si en la campaña de 2021 los rendimientos oscilaban en torno a los 800 kilos por hectárea, este curso las estimaciones se encuentran por debajo de los 400 kilos. «Es un año malo, no ha llovido y el cultivo ha aguantado como ha podido hasta tres olas de calor con temperaturas de más de 30 grados, provocando que toda la cabeza del girasol no haya granado y las pipas sean de un tamaño muy pequeño», explica Turrado.
El girasol es uno de los principales cultivos en la provincia de León. Más si cabe este verano, ya que a finales de mayo Bruselas flexibilizó el uso del barbecho y derogar durante el 2023 la rotación obligatoria de cultivos. Una medida que, dada las fechas en la que se aprobó, dejaba al girasol como el único cultivo que se beneficiaría de la resolución venida desde Europa. En León, hay 12.789 hectáreas plantadas de girasol de secano y 9.014 de regadío.
El girasol se extendió por toda España y también por la provincia de León, pero la climatología le dio al espalda. Cualquiera que viaje por las carreteras de la provincia durante estas fechas observará campos de girasoles con aspecto marchito y con plantas que apenas si alcanzan el metro de altura. La sensación es de que el campo ha sido abandonado, pero desde Asaja dan una versión diferente: «El girasol es un cultivo muy espléndido, de extremos, cuando está hidratado es imponente, pero cuando se seca queda reducido a la mínima expresión. No obstante, los campos no están abandonados, solo que en algunos casos no se ha llevado a cabo al cosecha todavía».
«A partir de 200 kilos la hectárea ya es rentable cosecharlo», explica José Antonio Turrado. Más este año, que el precio de la tonelada de girasol ha alcanzado los 630 euros en la lonja de León a 21 de septiembre, con un bono de 80 euros si la pipa presenta un alto contenido oleico. Esta subida animará a los agricultores a cosechar sus raquíticas cosechas, algo que no estaba del todo claro si resultaría del todo económico a tenor del precio al que se encuentra el combustible.
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