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La localidad abulense de Madrigal de las Altas Torres es el punto de referencia. Este es uno de los primeros lugares de Castilla y León donde se comienza a cosechar el cereal, tal y como sucedió en la tarde de ayer.
Después de unos ... días esperando para conocer si la cebada tenía la humedad óptima, la cosechadora de Luis Miguel Albarrán entró en la primera parcela por la tarde. «Para mi gusto, el hielo ha hecho daño y hay unas zonas que están más afectadas que otras», explica este maquinista. «Hay zonas que pasarán de los 4.000 kilos y otras que no llegarán ni a los 2.000 kilos. De todas formas, acabamos de empezar, pero mi impresión es que viene muy irregular».
La de Albarrán es una de las 13.891 cosechadoras que están registradas en la comunidad, según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Burgos es con diferencia, la provincia que cuenta con más cosechadoras de cereal, 3.987. Hay que tener en cuenta que cada vez son más los agricultores que adquieren sus propias máquinas para así atender explotaciones muy dimensionadas.
En Madrigal de las Altas Torres también se encuentra Ventura González, agricultor y representante de UPA, que vaticina una campaña «regular tirando a buena en el caso de la cebada. No será lo del año pasado, pero sí que puede estar algo por encima de la media de los últimos diez años», asegura.
En el ejercicio pasado, la cosecha de cereal en Castilla y León alcanzó los 8,4 millones de toneladas, la segunda mayor producción de los últimos 35 años, por detrás de la de 2008.
Fueron históricos los rendimientos de trigo y cebada, con 4.600 kilogramos de media por hectárea, algo que también ha contribuido al incremento de la renta agraria regional.
Ventura González aporta otra serie de detalles cuando valora que «el calor de los últimos 15 días se ha apoderado de la cebada y en el caso del trigo le está arrebatando ahora que el grano está en leche, algo que no les permite ni granar». A ese trigo le faltan todavía unos 25 días para ser cosechado, por lo que habrá que esperar para llegar a una conclusión clara.
«La próxima semana se esperan tormentas y el agua al trigo le permite una mejor maduración, pero a las cebadas las puede descabezar, se pueden caer las espigas al suelo».
En los cálculos de Luis Miguel Albarrán ya entra alguna parada los próximos días. «La semana que viene dan aguas y si es así, tendremos que parar». Según sus cálculos, hacia el 25 de julio finalizará con esta tarea de siega en su pueblo, Blascomillán, después de haber recorrido Fontiveros o Cisla, «siempre trabajando para la misma gente, con clientes habituales». Todo dependerá del tiempo «y de que no haya averías», concluye.
La siega comenzará a ser generalizada a partir del próximo lunes. A Madrigal ya han llegado cuatro cosechadoras de fuera, y «poco a poco, el fin de semana, vendrán el resto; perfectamente se pueden juntar entre 16 y 18 cosechadoras en el municipio», asegura González. Este término suma 12.000 hectáreas y, al tratarse de la cabecera de comarca, es el punto de referencia de los maquinistas para asentarse en la siega. Ventura González añade una cuestión más: los precios. «Que acompañen y no caigan, porque hay mucha variación».
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