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Todo cuanto pueda contribuir al mejor aprovechamiento de las aguas de los ríos Luna y Órbigo, a partir del pantano de Barrios de Luna hasta la terminación de la zona regable, será un objetivo «preferente» para el Sindicato Central de Barrios de Luna.
Aunque no es un objetivo nuevo, ya que sigue siendo la base de la asociación desde hace 72 campañas de riego en perfecta coordinación con los Servicios Técnicos y Agronómicos de la Confederación Hidrográfica del Duero. Además de esta función primordial, el sindicato presta a sus usuarios otros servicios y hace de correa de transmisión en la resolución de problemas ante las distintas administraciones, siempre atendiendo a las reivindicaciones y necesidades de su Comunidades de Regantes.
De cara al año que se está iniciando el sindicato se plantea varios retos para hacer viable la actividad agrícola. En primer lugar, se trabaja para «el desarrollo de la campaña de riegos que está a punto de iniciarse y que previsiblemente podremos llevar a cabo con total normalidad», siempre que la evolución de la reserva de Barrios de Luna siga como «hasta ahora».
Partiendo de una reserva mínima de 24,11 hectómetros cúbicos el 19 de octubre de 2022, «los inicios de llenado no fueron muy esperanzadores», recuerdan desde el sindicato. Ya que en los meses de octubre y noviembre apenas se incrementó la reserva (5,10 y 27,28 hectómetros cúbicos, respectivamente). Pero la situación empezó a mejorar en diciembre, puesto que las lluvias continuaron, la peña se cargó y la reserva subió a los 50,72 hectómetros cúbicos. El mes de enero fue aún más favorable con 93,55 hectómetros cúbicos de aumento. En febrero disminuyeron drásticamente las precipitaciones, de ahí que la reserva tan solo subiera 29,93 hectómetros cúbicos, que unidos a los 26,73 del mes de marzo dan como resultado una reserva de 260,6 hectómetros cúbicos a fecha 17 de marzo de 2023. Unos datos que suponen prácticamente el 85% de la capacidad de Barrios de Luna, que nos permite contar ya con una dotación por encima de los 5.000 metros cúbicos por hectárea.
Como cada año, «nuestro empeño consistirá en gestionar adecuadamente el agua con un control estricto de los consumos», remarcan desde el Sindicato Central de Barrios de Luna. Todo ello, persiguiendo dos objetivos: la plena satisfacción de las necesidades de los cultivos y dejar toda la reserva posible en el embalse para tener una mayor garantía de llenado de cara a la próxima campaña.
El Sindicato Central de Barrios de Luna seguirá trabajando esta campaña «sin descanso» para avanzar en la modernización de los regadíos pendientes. En el caso de las Comunidades de Regantes de la zona regable de Los Barrios de Luna no se ha encomendado ninguna obra de modernización a cargo de los Fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia, por lo que «toda nuestra confianza está depositada en que el Ministerio amplíe capital a la SEIASA para seguir teniendo opciones de acogernos a la financiación ordinaria mediante la firma de convenios con la Sociedad Estatal y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, siendo beneficiarios de Fondos Feader».
Se cuentan con 4.748 hectáreas en las que las obras ya están en marcha o a punto de iniciarse (Canal Alto de Villares, Presa de La Tierra y Canal de Velilla), en torno a 3.000 hectáreas más con proyecto en marcha (un sector del Canal de Villadangos), otras 12.650 con acuerdos favorables en sus Asambleas y que están a la espera de fondos para iniciar los trámites encaminados a su modernización (resto del Canal de Villadangos, Canal de Castañon, Presa Cerrajera, Presa Regueras, Canal de Carrizo, Presa Única de Alija, Presa de la Vega de Abajo, Presa El Moro y Reguero Grande), así como 4.846 más susceptibles de ser modernizadas y cuyas Comunidades ya están iniciando trámites para plantear el cambio de sistema de riego a sus respectivas Asambleas (Presa El Penosillo, Caño de los Cuatro Concejos, Caño de Coomonte y Canal de Manganeses). «El reto es importante y el tiempo apremia, por lo que tenemos un enorme trabajo por delante para conseguir nuestro objetivo», mantienen desde la asociación.
«Toda la inversión que los agricultores están dispuestos a realizar para la modernización de sus explotaciones, buscando rentabilizar su actividad y persiguiendo a la vez la protección del medio ambiente, que es de lo que viven y no hay nadie más interesado que ellos en preservarlo, se puede ir al traste si no cuentan con una garantía de agua o tienen que soportar unos costes inasumibles», aseguran desde el Sindicato Central de Barrios de Luna. Por un lado, seguirán demandando que las obras de regulación prometidas para asegurar el recurso y que figuran en el Plan Hidrológico de la Demarcación 2022-2027 no se demoren más, se proceda a su ejecución y se termine con la incertidumbre que están viviendo los agricultores y que puede dar al traste con la actividad de repetirse periódicamente campañas como la de 2017.
Por otro, seguirán trabajando para que el Gobierno siga adoptando medidas legislativas que pongan freno al inasumible incremento de los costes eléctricos (que se mantenga la posibilidad de hacer varias modificaciones de potencia al año tal y como está regulado para el presente 2023, deducción del IVA al 5%, potenciar y financiar la construcción de plantas fotovoltaicas o de otro tipo para autoconsumo con vertido a red, etc).
«Se trata, en definitiva, de subirnos al carro de la agricultura del siglo XXI, buscando la rentabilidad económica y la protección del medio ambiente y mejorando a la vez la calidad de vida de los agricultores», mantienen los mineros.
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