El cereal ya acusa la falta de agua y en el regadío se temen restricciones

«Hasta hace un par de semanas los cultivos estaban bien, pero las heladas de enero han sacado la poca humedad que había en el campo y lo peor es que no hay previsión de lluvias, al menos en los próximos 15 días», indica el agricultor palentino José Luis Marcos.

En otro punto de la región, San Pedro de la Nave, Zamora, tiene su explotación Felipe Codesal, quien comparte esa idea de que «hasta la fecha, el invierno había sido bueno», al tiempo que introduce la palabra «miedo» para referirse a las dudas que genera la falta de agua a la hora de aplicar tratamientos. «Estamos en el momento de echar abono, tampoco lo puedes dejar pasar, pero con estos precios tan altos y sin agua, no sabes ni qué hacer».

El producto requiere de agua para que se deshaga, «es muy complicado porque no sabes si vas a tirar directamente el dinero; el nitrógeno cuesta tres veces más que hace un año, lo que compraba el año pasado a 186 euros lo pagué en octubre a 635 y ahora ya pasa de 860 euros».

Entre el abono de la sementera y el que ya tiene en casa desde hace 15 días, «tengo una inversión de 80.000 euros y no sabes a cómo venderás el producto», en su caso, trigo, cebada o avena.

Comenta Codesal que en su zona «con unos 20 litros de agua nos valdría, pero tienen que caer».

En la provincia de Valladolid las cosas no son diferentes y Adolfo Galván, de Pollos, manifiesta que «las tierras no tienen agua y el cereal con varios dedos de altura lo necesita, está ahijando; se nota sobre todo en las tierras más pobres».

En esta misma provincia otros agricultores esperan que caiga algo de agua para poder sembrar cultivos como las lentejas.

Ventura González, agricultor de Madrigal de las Altas Torres (Ávila), identifica tres problemas que se están dando en el cereal: «El herbicida ha hecho el doble de efecto por las condiciones climatológicas y te encuentras, por ejemplo, cebadas que están medio muertas; hemos tenido heladas con hasta nueve grados bajo cero y la sequía ya se está dejando notar».

Recuerda que la sementera «fue buena, lo temprano ha tenido buena nascencia» y aclara que aquello que se sembró más tardío «ha perdido muchas plantas».

González aprecia que las heladas «este año son secas, no es lo mismo que cuando hay rocío o marea a que se hiele la savia de la planta como está sucediendo».

El agricultor abulense plantea otra cuestión y es lo que pueda suceder con los cultivos de regadío con los pantanos al 62,4% de su capacidad. «Estamos también en fechas de preparación de siembra de cebollas, en el caso de la remolacha no creo que haya pedido semilla ni el 70% de la gente, y lo mismo pasa con las patatas porque los costes van a ser insostenibles y además, en muchos casos, el tema del agua».

Su percepción es que en zonas como Zamora o Salamanca «hay agricultores que se están decantando por las leguminosas porque tienen menos costes y parece que algo de subida van a tener en los contratos».

José Luis Marcos también incide en este tema, «los pantanos tienen muy poca agua», especialmente los del Sistema Pisuerga, «tal y como está la cosa no habrá agua para regar, estamos peor que en 2017».

Adolfo Galván reconoce que «no se sabe nada definitivo en relación al riego, pero ya se ha oído que puede haber restricciones».

El ministro de Agricultura, Luis Planas, reconocía en su visita a Soria que la sequía está provocando una «situación complicada» en algunas cuencas hidrográficas, sin especificar, de cara a la campaña de riego, y constató que ya «se está viendo» una disminución en las dotaciones para la primavera y el verano respecto a campañas anteriores.