Los agricultores siembran 80.000 hectáreas menos de trigo y la superficie de cereal merma un 3,2% hasta las 1,7 millones de hectáreas

El primer avance de superficies del año revela una caída de siembras globales de trigo, que pierde 78.784 hectáreas de siembra, con un retroceso del 8,8 por ciento, hasta las 816.787. Por el contrario, la cebada crece ligeramente, un 1,8 por ciento, con 760.l37 hectáreas; y el centeno se eleva un 1,6 por ciento, con 72.057; el triticale, avanza un 2,7 por ciento, con 45.427; y la avena sube un 6,4 por ciento, con 72.376.

Por provincias, la superficie de siembra de cereal global cae sobre todo en Soria, un 15,3 por ciento, hasta 175.810; y en León, un 14,7 por ciento, con 90.440. Asimismo, se reduce un 4,6 por ciento en Palencia, hasta las 273.560; un 4,4 por ciento en Ávila, con 99.260; y un 2,3 por ciento en Burgos, con 364.914. En Salamanca,Valladolid y Zamora, permanece estable, con 127.505, 308.125 y 159.360 hectáreas, y sólo se eleva en la provincia de Segovia, un 9,4 por ciento, con 167.810.

El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, el coordinador de La Alianza UPA-COAG Aurelio González, y el coordinador autonómico de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, coincidieron en que se veía venir esa merma en la siembra de trigo ante los elevados costes de producción y unos precios a la baja y advirtieron de que los precios del cereal se están desplomando y sino se produce un cosechón habrá pérdidas.

Dujo consideró que la merma de superficie de siembra de cereal que ofrece el ministerio «será mucho mayor» cuando se conozcan las cifras de cierre de la PAC, porque estos datos son una primera estimación. El dirigente de Asaja expuso que las siembras se acometieron en octubre y noviembre, y ya advirtieron entonces de que «se iba a producir una bajada importante por los altos costes de producción en gasóleo y fertilizantes». En este sentido, incidió en que las tierras sin sembrar de cereal irán a barbecho o a girasol, oleaginosas o forrajes.

El líder agrario indicó que el girasol toca ahora y dependerá de las expectativas de precios a percibir. Aseveró que el cereal hubiese caído aún más si los agricultores hubiesen sabido antes de la campaña de siembra que «los precios iban a estar tan bajos».

Unos precios, indicó a Ical, que van a la baja, y están alejados de los 350 euros que se fijaron en octubre, en torno a los 270 euros. «La caída es lógica», dijo, para advertir de que «con los costes de esta sementera no se puede vender cereal a 150 euros» porque «o viene una cosecha excepcional o no salen las cuentas». «Si el precio sigue bajo y no viene buena cosecha las pérdidas están aseguradas», sentenció, porque cada hectárea sembrada ha costado 1.200 euros en secano.

Jesús Manuel González Palacín manifestó que las cifras de pérdida de hectáreas de trigo es lógica ante un cultivo «bastante exigente en fertilizantes» y el desplome «se esperaba desde el principio». González Palacín puso de relieve el impacto en la superficie de siembra ante el encarecimiento de los costes de producción, que «siguen disparados» y también evidencio la caída del precio del cereal, con lo que «sino hay un cosechón, las pérdidas están aseguradas». Asimismo, señaló que en las zonas más áridas se irá más a barbecho y en las más productivas, a girasol.

Por su parte, Aurelio González insistió en que «veníamos diciendo a lo largo de la campaña y de la sementera que había un problema muy serio con los costes de producción y desgraciadamente se está dando la situación de que están bajando los precios de lonja de forma brutal». En este sentido, explicó que se va a precisar un rendimiento de «3.000 kilos por hectárea y a 300 euros» y eso «no lo garantiza nadie para pagar gastos» ni se alcanzan esas producciones en muchas algunas zonas.

González manifestó que no es «adivino» pero consideró que la merma estimada por el ministerio «se quedará corta» ante la «gran incertidumbre» sobre la sementera alimentada además por la reforma de la PAC. El secretario de UPA explicó que el impacto en el trigo responde a que «tiene menos salida que la ceba» y está muy condicionado a la guerra y las importaciones, y resumió que «ha habido bastantes agricultores que no han sembrado para no hacerlo en malas condiciones, sin abono, y han dejado los terrenos para girasol, que «se elevará seguramente», porque «requiere menos abonado y menos costes».