Un coche de los mossos d'esquadra Efe

El TSJC ratifica una pena de prisión permanente a un hombre por matar a su exmujer e hija

Lunes, 15 de enero 2024, 12:47

La sala civil y penal del TSJC ha ratificado una sentencia impuesta por la Audiencia de Barcelona, que condenó a prisión permanente revisable a un hombre por el asesinato de su expareja y su hija la noche de reyes de 2020, en Esplugues de Llobregat ( ... Barcelona). El acusado presentó un recurso de apelación y el Alto Tribunal catalán ha confirmado el fallo inicial.

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La sentencia, ahora confirmada, condenó al acusado, tras un juicio con veredicto de culpabilidad del jurado, a 25 años de prisión por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento de su expareja, con agravante de parentesco y agravante de discriminación de género. Por el asesinato con alevosía y ensañamiento de su hija, fue sentenciado a la pena de prisión permanente revisable. Además, la justicia le impuso dos años de prisión por maltrato habitual.

Rubén Darío Cabezas, de origen ecuatoriano, mató a su expareja porque la víctima le comunicó que se quería separar. Aun así, «hasta no materializar definitivamente la separación, seguían compartiendo domicilio pernoctando en habitaciones separadas», según el fallo judicial. Descubrió además que se intercambiaba mensajes con otro hombre. No lo pudo soportar y buscó la forma más cruel y brutal de vengarse. Durante la noche de reyes, madre e hija dormían juntas en la misma habitación. La pequeña tenía 3 años, la madre, 28. El hombre, que tenía entonces, 27 años, entró al piso y acabó con la vida de madre e hija de manera salvaje. Las atacó con un cuchillo o varios, según la sentencia. A la madre le ocasionó 52 lesiones en el cuello y tórax. No pudieron defenderse.

Según la sentencia, el asesino ocasionó a la víctima un grave sufrimiento a consecuencia del gran número de lesiones que le produjo, a lo que se añade «el espanto y el sufrimiento moral, al percatarse de la presencia de la hija menor y su imposibilidad de protegerla frente al ataque del acusado». A la pequeña, le provocó también un «gran sufrimiento psíquico», cuando «comprobó que el ataque provenía de su propio padre y por percatarse del desmedido ataque contra su madre y el sufrimiento de la misma, junto a su imposibilidad de protegerla y la inminencia del ataque contra ella misma», según la sentencia. Tras los crímenes, llamó a la policía, confesó los hechos y se entregó.

La sentencia condena además al acusado a indemnizar a los abuelos de la niña y padres de la víctima y a sus hermanos.

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