-¿Por qué decidió lanzar una campaña en defensa de los indígenas en plena epidemia?
-Con la invasión ahora de los territorios indígenas por parte de buscadores de oro, de taladores, de sectas y de granjeros que roban tierras, hay una entrada masiva. Si no sacamos a esta gente, se corre el riesgo de transmitir a los indígenas el coronavirus y de vivir una catástrofe. Yo a esto lo llamo un genocidio, que es la eliminación de una etnia. Creo que el Gobierno de Bolsonaro se dirige hacia esto porque su posición desde que llegó al poder es 100% contraria a los indígenas.
-¿Cómo vive la situación de Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia?
-Muy mal. Aquí los franceses se quejan del Gobierno, pero en este país hay una sola voz, todo el mundo participa de la misma manera. En Brasil, hay una división de posiciones. La mayoría de gobernadores y alcaldes de grandes ciudades piden una cuarentena. Pero Bolsonaro es contrario al confinamiento. No sabemos qué pasará, no somos un país rico, no tenemos la estructura médica de Francia, es la muerte anunciada de buena parte de la población brasileña. Si la enfermedad entra en la Amazonia, no tendremos forma de asistir a las poblaciones, las distancias son enormes, los recursos, muy pequeños.
-¿A qué se ha dedicado durante esta crisis?
-Es un momento difícil, puesto que no sabemos cómo será el futuro. Pero ha sido fantástico en nuestra vida personal. Tenemos un hijo con trisomía y hemos establecido una relación muy estrecha con él. Podíamos ir al bosque de Vincennes (en el este de París), que ahora conocemos como la palma de la mano. También aproveché para editar mis fotografías, estoy preparando un gran trabajo para el año que viene sobre la Amazonia, después de haber pasado siete años allí haciendo fotos.
«El fútbol, no tan importante»
-¿Qué nos enseña esta pandemia?
-Es un placer enorme regresar a nuestra intimidad, con estos momentos de casi silencio. Yo, que soy un gran viajero, esta vez hice un viaje al interior de mí mismo. También permite hacer una pausa en nuestra vida. Soy un apasionado del fútbol. En este momento no hay. Y empiezo a darme cuenta de que estos equipos y jugadores que eran tan importantes para mí, no lo son en absoluto. También descubrimos que no necesitamos muchas cosas. Que gran parte del PIB está constituido de cosas de las que podemos prescindir perfectamente. Hemos vivido este periodo con lo esencial: información, alimentación, lectura...
-¿Qué soluciones preconiza para el día después?
-Este virus también es un producto de la destrucción del medio ambiente. Vivir en París, no es vivir en Francia, vivir en Río no es vivir en Brasil. Lo destruimos todo para mantenernos en la ciudad. Hoy tenemos que proteger nuestra biodiversidad. Hay tantas cosas que hacer que podemos crear una gran fuerza de trabajo y garantizar que parte del PIB mundial se destine a reconstruir el planeta. También tenemos un gran ejemplo en Francia, que tiene una de las mejores infraestructuras médicas del mundo, pero cuando la necesitamos estuvo a punto de fallar porque no teníamos suficientes respiradores, porque no los producíamos aquí, como las mascarillas. Tenemos que repensar nuestros sistemas de salud. ¿Qué es la calidad de vida? No es la calidad de la productividad, ni la de la economía, sino la de la población.
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