Un tifón trunca en Guam el sueño del Pros

A pesar de las medidas suplementarias que la tripulación del barco, que se encontraba a salvo en tierra, había tomado para asegurar el Pros ante el paso del tifón, la fuerza de Mawar hizo temer lo peor. Durante las primeras horas del paso del tifón, la tripulación observó a través del GPS cómo el barco se desplazó de su lugar de fondeo.

El miércoles, una fotografía del capitán del puerto tomada a mucha distancia mostraba que el velero estaba aconchado contra un pilar del muelle. Fue la última imagen del GPS. Con Mawar descargando su furia sobre la isla, la señal de localización se perdió. En la mañana de este jueves (en Guam son ocho horas más que en la España peninsular) y con la mejora del tiempo, la tripulación pudo acudir al puerto y comprobar que el que barco había desaparecido. Los guardacostas estadounidenses tampoco hallaron el Pros.

La expedición 'Tras la estela de Juan Sebastián Elcano' comenzó en Sevilla en agosto de 2019, con el objetivo de llegar tres años más tarde al mismo punto tras copiar el recorrido que realizaron el marinero de Getaria y sus 17 supervivientes. La asociación contaba con 42 tripulantes que habían superado un entrenamiento previo y que se iban a rotar a bordo con una estancia mínima de un mes.

El viaje comenzó con pequeños retrasos pero sin grandes inconvenientes. Las navidades de 2019, el Pros las pasó fondeado en Río de Janeiro; dos meses más tarde, atravesaba el estrecho de Magallanes y comenzaban los problemas de verdad. La pandemia cerró todos los puertos, la tripulación debió regresar a España y el velero de 21 metros permaneció 18 meses, entre marzo de 2020 y septiembre de 2021, en Perú: primero en la Escuela Naval de la Marina de Guerra de Perú y luego en el Yacht Club de El Callao.

Después reanudó el viaje hacia Ecuador y, tras una escala en las maravillosas islas Galápagos, la embarcación de la AGNYEE puso rumbo en noviembre de 2021 hacia Tahití, donde llegó días antes de Navidad tras recorrer unas cuatro mil millas náuticas. El 7 de abril del año pasado, el Pros arribaba en Fiyi, donde permaneció tres meses por culpa de los desperfectos del barco y las restricciones de la covid. El barco no tenía asegurado la entrada en los puertos de las próximas etapas y hubo que esperar.

Pudo partir a mediados de julio para llegar a finales de ese mes a las Islas Salomón. Pero, otra vez, más retrasos. Los daños en el motor necesitaban de unas piezas inexistentes en esa parte del planeta. Y no llegaban por culpa de la pandemia, que todavía afecta al comercio internacional. «Los necesarios repuestos cuyos plazos de entrega eran de apenas dos semanas se dilataban meses», apuntaba José Sola, presidente de AGNYEE y que ha capitaneado la nave en estas últimas etapas.