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La Cumbre del Clima, que se celebra la semana que viene en Madrid, quiere «transmitir dos mensajes esenciales: extrema urgencia de lo que se discutirá y la necesidad de sumar todos los esfuerzos», dice el ministro de Exteriores, Josep Borrell, en una rueda de prensa ... conjunta con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para presentar la «proyección internacional» de la COP25. Así, Exteriores presentó su aportación: cinco actividades dentro del centro de convenciones, otro tanto en otras instituciones, y un «repicar de tambores en 60 países para hacerse eco».
Después de exhibir un vídeo preparado para la ocasión, que comienza con una largo extracto de un discurso de Greta Thunberg -a la que se espera sin fecha concreta- la ministra aseguró que «esta agenda del clima es de las más desafiantes para la vida social y económica, y para la construcción de un mundo mejor, la justicia entre generaciones...».
La cita multilateral tiene un coste aproximado de 50 millones de euros, más otros diez aportados por distintos patrocinadores, y que se celebra «con la convicción de que nos convertiremos unos días en un punto muy relevante de la atención mundial. Los gestos y las declaraciones serán medidos con el termómetro de la ambición y la capacidad de dar respuesta».
Contará con la asistencia de «colectivos y grupos de todo tipo», jóvenes, activistas, académicos, empresarios, responsables de gobiernos y municipios, y diplomáticos de «segundo y tercer nivel» que tienen una agenda con «dos o tres aspectos que quizás tengan particular interés», acredita Ribera. Todavía no se conoce la lista de mandatarios que acudirán a la cita, pero Borrell dice que será «nutrida».
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