E. C.
León
Sábado, 28 de diciembre 2019, 10:45
Uno de los días más esperados del año es el de los Santos Inocentes: veinticuatro horas en las que puedes gastar todo tipo de bromas. Pero si te has quedado en blanco, aquí te dejamos algunas ideas para disfrutar gastando inocentadas este 28 de diciembre.
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Eso sí, ve con cuidado porque el «inocente» también puedes ser tú.
Cambiar el azúcar por la sal es todo un clásico en esto de las bromas. Son dos productos de uso cotidiano, pero que si se intercambian pueden arruinar cualquier comida.
Adelantar o atrasar la hora del reloj puede ser una gran broma si sabes cómo realizarla. Tu víctima puede llegar más pronto que nadie, dormir pocas horas o vivir a destiempo.
¿Quién no se agacharía a coger una moneda o un billete que está en el suelo? Por eso, si pegas el dinero al suelo, las risas están garantizadas.
Si pulsas una bocina mientras alguien duerme, se va a llevar un susto tremendo; pero si además, la víctima corre detrás de ti y colocas papel film entre los marcos de la puerta, puede ser la mejor broma del día.
La técnica del film también puede funcionar si das un susto o si consigues enfadar tanto al «inocente» como para que te persiga.
La pasta de dientes tiene una textura muy común y por ello es perfecta para intercambiarla por cualquier producto de belleza.
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Por otra parte, también puedes utilizarla como sustitutivo de cualquier relleno de galletas o bizcochos.
El siglo XXI nos ha traído nuevos sueños, pero también nuevas pesadillas. ¿Quién no teme que se le caiga el móvil o la tablet y que se le rompa la pantalla?
Puedes utilizar este temor para gastar una graciosa broma mientras ves la cara de desesperación de tu víctima. ¿Cómo?
No hace falta que fragmentes la pantalla real. Basta con comprar un cristal templado del mismo modelo que el móvil, fracturarlo y pegarlo al teléfono de la víctima. Después finge que se te ha caído y, ¡a disfrutar!
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Las toallas son elementos que usamos a diario. Por eso, nadie sospechará que has echado crema en ellas cuando vayan a secarse las manos o la cara.
Otro clásico. Puedes llamar a tu víctima identificándote o marcando el prefijo #31# antes del número de teléfono para que el «inocente» no pueda saber quién le llama. A continuación cuéntale una buena mentira que se vaya a creer.
Si quieres utilizar una variante actualizada de la broma de las llamadas telefónicas, solo tienes que descargarte alguna aplicación como 'Juasapp'. Este tipo de programas reproducen una grabación automática cuando la víctima descuelga el teléfono al tiempo que graba la 'conversación' con el «inocente».
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Esta broma nunca pasará de moda entre los nostálgicos. Quién no ha recorrido las calles llamando al timbre o al telefonillo para después esconderse rápidamente y ver la reacción de la víctima.
Los más malvados pueden colocar un palillo en el timbre para que no deje de sonar.
Esta broma también requiere del uso de las nuevas tecnologías. Consigue una grabación de una máquina eléctrica de cortar el pelo, acércate a tu víctima y sube el volumen. El susto que se llevará será tremendo, sobre todo si consigues mostrarle un mechón.
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Ata con una cuerda el pomo de una puerta al de otra que se encuentre justo enfrente y asegúrate de que esté bien tensa. Así, ninguna persona que se encuentre detrás podrá abrir alguna de estas puertas.
Los aficionados de las bromas pesadas pueden fingir que se han cortado un dedo simplemente con una zanahoria y un poco de salsa de tomate.
No olvides de señalar a tus víctimas como «inocentes» colocándoles en la espalda el tradicional monigote.
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