España elevará un 50% la financiación climática a los países más pobres

El anuncio de Sánchez supone un compromiso que va más allá de su mandato, que concluye a finales de 2023. Resulta imposible adivinar si lo asumirían, en caso de gobernar, partidos como Vox, de carácter negacionista respecto al declive ecológico que los científicos pronostican para el planeta.

Sánchez ofreció este lunes su versión más ecologista en la cumbre de la ciudad escocesa, una posición en la que compite electoralmente con Unidas Podemos y Más País en las urnas. Lo hizo ante los máximos dirigentes mundiales, como el estadounidense Joe Biden, la alemana Angela Merkel, el francés Enmanuel Macron y figuras tan emblemáticas como el divulgador y naturalista sir David Attenborough. Las grandes ausencias fueron el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro chino Xi Jimping. Se trata, al menos de un avance, respecto a anteriores reuniones. Y es que Estados Unidos, de la mano de Biden, ha regresado a los compromisos climáticos después de que Donald Trump abandonará la causa global a favor del ecologismo.

El objetivo de España, recalcó Sánchez, es aportar 1.350 millones para ayudar a los países más pobres a desarrollar su transición energética.

Pedro Sánchez intervino en la primera jornada de la cumbre en calidad de anfitrión de la anterior cita climática, que debería haber tenido lugar en Santiago de Chile pero, ante los disturbios sociales en aquel país, acabó por celebrarse de urgencia en Madrid. El presidente español disfrutó de casi 4 minutos, frente a los tres minutos tasados del resto de jefes de Estado y de Gobierno y en ese tiempo aprovechó para refrendar el compromiso de España de limitar el calentamiento en los 1,5 grados establecidos en el Acuerdo de París de 2015 y anunciar una ayuda inmediata de 30 millones al Fondo de Adaptación de la ONU, destinado a la protección de los países más pobres frente a los fenómenos meteorológicos adversos.

«España hará su parte», zanjó el presidente del Gobierno antes de prometer que, en cuatro años, aumentará el 50% la aportación económica de España al fondo contra el cambio climático. A juicio del presidente del Gobierno, si los países comprometidos con la lucha contra el cambio climático elevan su nivel de ambición deben respaldar esos objetivos «con recursos». Y para ello, recalcó, es necesario alcanzar una recaudación de 100.000 millones de dólares. «Va a ser una de las pruebas de fuego de la cumbre a la hora de recuperar la confianza entre los países del norte y del sur».

En la cumbre estuvieron presentes los principales líderes mundiales. Todos ellos abandonaron Glasgow este lunes. Las delegaciones, no obstante, mantendrán sus discusiones durante días para alcanzar acuerdos que después cada presidente o primer ministro refrendará según sus necesidades o ambiciones. Y teniendo en cuenta los antecedentes -con Donald Trump, Putin o Xi Jinping implicados- lo acordado podría quedar en papel mojado.

Pese a las dudas, Sánchez sacó pecho a titulo personal y recordó en su intervención que España ha aprobado la primera Ley de cambio climático y transición energética que establece la neutralidad climática nacional en 2050 (que no se emita más CO2 del que es capaz de capturar la naturaleza) y que se van a destinar casi 30.000 millones de euros en los próximos tres años a la transición ecológica. «Esa es la mejor expresión de nuestra voluntad política», subrayó.

Finalmente, Sánchez hizo un llamamiento para trabajar de forma conjunta con el fin de que la cumbre climática suponga el «punto de inflexión» que impulse un verdadero cambio de rumbo del planeta a través de una acción «solidaria, contundente y urgente» y que permita cerrar las brechas de desigualdad y a todos percibir los beneficios de la acción climática.

Con su intervención en Glaswog, cierra una gira que también le llevó a Roma para el G-20. Los trabajos de fondo en lo que resta de esta cumbre climática recaerán ahora sobre la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.