El ojo seco, una de las dolencias oculares más comunes del verano
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Los aires acondicionados y los ventiladores aumentan y empeoran especialmente los síntomas de la sequedad ocularredacción
Madrid
Jueves, 6 de julio 2017, 08:39
El verano es, para la gran mayoría, sinónimo de desconexión, relax y vacaciones, pero también de calor y aires acondicionados o ventiladores que contribuyen a la sequedad ocular. No son los únicos culpables, claro está.
«Por motivos tan diversos como son los largos viajes ... en coche o avión, los aires acondicionados, el contacto con el cloro de la piscina y el salitre del mar o el desorden en el uso de las lentes de contacto, en esta época del año el ojo se encuentra sometido a un ambiente más hostil», explica el doctor Durán de la Colina, Director Médico del Instituto Clínico-Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) de Bilbao. Teniendo en cuenta que la lágrima es el mecanismo de defensa más eficaz de nuestros ojos, la sequedad debida a estas causas se erige pues como una de las dolencias oculares más comunes del verano.
Una opinión que el doctor Óscar Gris, del Departamento de Córnea y Superficie Ocular del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) de Barcelona, comparte y puntualiza: «El verano en si, por la estación o la temperatura, no aumenta especialmente los casos de ojo seco, pero lo que sí que es evidente es que son muchas las situaciones y los ambientes propios de estos meses que pueden producir más afecciones o agravarlas».
En este sentido, ambos expertos hacen especial hincapié en la capacidad que tienen los aires acondicionados a la hora de secar el ambiente y, por ende, la superficie de los ojos. Pues, en palabras del doctor Gris, «los pacientes que ya sufren de ojo seco empeoran mucho y algunos pacientes que durante el resto del año no tienen síntomas de sequedad empiezan a tener las molestias propias de esta afección». «Más aún cuando el aire es directo sobre la cara», añade el doctor Durán de la Colina, una circunstancia que pasa especialmente cuando se viaja en coche o en avión.
Además, en los citados medios de transporte, también hay considerar que cuando uno conduce fija la vista para estar pendiente de la carretera y esto empeora mucho el ojo seco. Lo mismo que pasa cuando se hacen largos viajes en avión y tratas de distraerte con la lectura o los dispositivos móviles.
Con todo, según el Director Médico del ICQO de Bilbao, estas situaciones causantes de la sequedad ocular provocan que «se reduzcan las defensas del ojo ante los distintos estímulos irritativos propios de esta temporada como son el cloro de las piscinas, la sal del mar o los fuertes rayos ultravioleta del sol, entre otros».
La sequedad ocular se ha convertido en los últimos años en uno de los motivos más frecuentes de consulta a los profesionales de la visión en España. Y es que, aunque en la mayoría de los casos no existe una causa reconocible de esta afección ocular, los especialistas consideran que el estilo de vida actual está aumentando su incidencia entre la población. Tanto es así que, según datos oficiales, la sequedad ocular afecta a uno de cada 10 españoles de más de 40 años a causa de múltiples factores ambientales, fisiológicos o sociales.
«La calefacción en invierno, el aire acondicionado en verano, el ordenador todo el día delante en el trabajo, la televisión al llegar a casa o los múltiples dispositivos móviles que tenemos a nuestro alcance, entre otros, requieren fijar la vista y parpadear menos», enumera el doctor Gris y agrega: «Esto hace que el ojo se acabe secando». Un trastorno que se produce cuando hay deficiencia o evaporación excesiva de la lágrima y, en consecuencia, la hidratación del ojo resulta insuficiente.
Su sintomatología puede varias mucho: quemazón, escozor, irritación o sensación de arenilla en el ojo son algunos de los síntomas. También «la necesidad de cerrar inconscientemente los ojos para atenuar las molestias±, agrega el experto del IMO.
Si estos indicios no se tratan de forma adecuada, pueden llegar a provocar efectos negativos sobre la calidad de vida del paciente. Es por ello que ambos profesionales médicos recomiendan paliar los efectos de la sequedad ocular utilizando lágrimas artificiales como las gotas oftalmológicas lubricantes que «sustituyen la lágrima natural y nos permiten ir hidratando el ojo con la frecuencia que nosotros queremos y en función de los síntomas que tenemos», indica el doctor Gris.
Eso sí, siempre hable con su médico para que le recomiende las más adecuadas.
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