Al (excesivo) buen tiempo, mala cara
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La exagerada ola de calor genera un carácter más impaciente y con mal humor en las personas meteorosensiblespilar manzanares
Madrid
Sábado, 15 de julio 2017, 08:04
Durante los meses de verano, las olas de calor pueden llegar a influir notablemente en nuestra conducta. El profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo Fernando Miralles explica que cuando el calor es excesivo «las personas meteorosensibles se vuelven más apáticas y se ... sienten cansadas».
Estos síntomas negativos se ven agravados cuando, además del excesivo calor, existe humedad y viento caliente. «Las condiciones climatológicas pueden aumentar los efectos negativos en la conducta de las personas. Esto se ve reflejado en una mayor falta de atención y un carácter más impulsivo, impaciente y con mal humor», subraya el profesor.
Pero, ¿cuándo es una persona meteorosensible? «Se puede decir que una persona es meteorosensible cuando los factores climatológicos y meteorológicos influyen en su vida diaria. Casi el 70% de las personas lo son, por lo que factores como la temperatura, la humedad y en especial las horas de exposición a la luz (no al sol) influyen en su vida diaria. Así podemos observar cómo hay personas que en los meses en los que hay menos horas de luz (o países en los que hay pocas horas de sol) son más introvertidas y parece que tienen menos ganas de realizar actividades en grupo. Esta meteorosensibilidad de las personas puede llegar a ocasionar depresiones (leves) por falta de luz».
Sin embargo, al haber más horas de luz y cuando el calor es «limitado», el verano es la época del año en la que nuestro estado de ánimo aumenta y nos volvemos más simpáticos y tolerantes. Según explica Miralles, «las personas meteorosensibles pueden sentirse en otoño e invierno deprimidos por la falta de luz, mientras que en primavera y verano se encuentran más activas y alegres”».
Pero, ¿qué sucede cuando la temperatura se eleva demasiado? Cuando esta sobrepasa la temperatura corporal (unos 37º) se empieza a notar, como hemos visto, más cansancio, falta de concentración y mal humor.
Tal y como explica el profesor Miralles, cuando hay un número mínimo de horas de luz o temperaturas extremas, el hipotálamo no regula bien la secreción de hormonas y puede afectar en mayor o menor grado a la conducta de las personas que lo padecen.
«Si llamamos ciclo circadiano a la organización hormonal del cuerpo que nos incita a tener sueño por las noches con la secreción de melatonina o a tener hambre a mediodía o por la noche, las personas meteorosensibles alteran sus ritmos circadianos y empiezan a tener un sueño no reparador y a levantarse cansados, deprimidos o con alguna alteración de la conducta como la impulsividad o la respuestas no apropiadas, llegando el caso en algunas personas, que pueden volverse algo violentas».
La ola de calor como la que se vive en gran parte de España provoca que las personas sufran vasodilatación, sudoración excesiva y pérdida de líquidos y electrolitos a través de la piel. Para combatir estos problemas, Miralles aconseja comer alimentos con pocas calorías, no ingerir alcohol, descansar más horas de las normales (siestas de unos 20 minutos), reducir drásticamente la actividad física, usar ropas ligeras y, sobre todo, no exponerse directamente al sol y beber muchos líquidos.
Si aplicamos esta meteorosensibilidad a las personas que viven en países nórdicos y las comparamos con los que viven en España, «se podría demostrar sociológicamente el porqué de la seriedad de un inglés comparado con un español y por qué no, el carácter más serio de las personas que viven en nuestras comunidades autónomas del Norte de España como la Comunidad Autónoma de Galicia o la Comunidad Autónomas del País Vasco, respecto a los que viven en Andalucía», agrega el experto de la Universidad CEU San Pablo.
«En fin, que el medio ambiente influye en nuestra producción de hormonal y éstas en nuestra conducta», concluye.
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