Por qué cada vez hay más cáncer de piel en España
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La AEDV alerta de que en España se detectan cada año 4.000 nuevos casos y mueren 600 personas, a pesar de los últimos descubrimiento para combatir el cáncer de pielSecciones
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La AEDV alerta de que en España se detectan cada año 4.000 nuevos casos y mueren 600 personas, a pesar de los últimos descubrimiento para combatir el cáncer de pielrubén cañizares
Madrid
Martes, 13 de junio 2017
Se cuentan con los dedos de la mano los días que faltan para el verano, la estación favorita de los españoles. Tras muchos meses de trabajo, por fin nos esperan algunas semanas de asueto donde la playa, la montaña o la casa del pueblo serán ... las protagonistas. Pero también el sol, y con él sus peligros: «El cáncer de piel sigue aumentando en nuestro país año tras año. Hablo tanto del cáncer no melanoma como del melanoma, y la exposición a los rayos ultravioletas es el factor más influyente en este crecimiento de las tasas de cáncer de piel. Nos exponemos al sol de manera crónica y acumulada», afirma el dermatólogo José Luis López Estebaranz, presidente de la Sección Centro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
El cáncer de piel es el más común de todos los tipos de cáncer y la incidencia de estos tumores en nuestro país ha aumentado en los últimos cuatro años un 38%, lo que supone casi un incremento del 10% anual. Unos alarmantes datos que se reflejan en la detección anual en España de 4.000 nuevos casos de melanoma, además de una tasa de mortalidad de 600 personas. Los últimos registros oficiales dicen que hay 116.380 pacientes con carcinoma basocelular y 17.500 con carcinoma espinocelular: «El melanoma de extensión superficial (basocelular) es la forma de melanoma más frecuente. Suele aparecer como manchas de múltiples colores en zonas como el tronco o las extremidades, tiene forma irregular y crece lentamente. En cambio, el melanoma nodular (espinocelular) se evidencia como lesiones tumorales de crecimiento rápido de color oscuro o rojizo. Aparece y crece en pocos meses, de forma rápida, y esto hace que al diagnosticarse esté ya en una fase más evolucionada y con peor pronóstico», explica.
La AEDV celebró el mes pasado su congreso anual y puso sobre la mesa los últimos descubrimientos para combatir el cáncer de piel. Avances en el manejo quirúrgico de los tumores, en la terapia fotodinámica y en el uso del láser y de inmunomoduladores están ayudando a una detección precoz del melanoma.
Sobresale por encima de todos la aparición de nuevos fármacos «biológicos» (fármacos anti BRAF, antikinasas, MEK, MAK y anti PD1), fundamentales para el tratamiento del melanoma avanzado: «Son medicamentos que van dirigidos a las alteraciones genéticas existentes en el melanoma y a activar las defensas inmunológicas del paciente, y han supuesto un gran avance que nos permite controlar y hacer regresar melanomas avanzados con metástasis o diseminación. Hablamos de un antes y un después en el control del melanoma avanzado».
La terapia fotodinámica también empieza a dar sus frutos. Su utilización junto con láseres fraccionados aumenta la captación del fármaco y consigue mejores tasas de curación y disminuye las recaídas en carcinomas basocelulares: «Pero hay más avances de óptimos resultados. Como en los casos de carcinomas de localizaciones especiales o recurrentes, en los que está siendo muy útil la aplicación de la microscopia confocal en la cirugía micrográfica de Mohs».
José Luis López Estebaranz
Con tantos y tan buenos avances, ¿qué está fallando para que las estadísticas del cáncer de piel hayan ido a más? Son muchos los factores y cada caso debe ser analizado por sí mismo, pero está claro que hay muchas personas que aún no son conscientes del enorme riesgo de la imprudente exposición al sol.
Por eso la AEDV no baja la guardia e insiste año tras año con numerosas campañas de concienciación, tanto para niños como adultos, como detalla López Estebaranz: «Estas campañas son de un valor incalculable, ya que permiten conocer los factores de riesgo del cáncer de piel, además de sensibilizar a la población sobre hábitos de salud en dermatología y protección solar. Pero se trata de una labor que dará sus frutos en el futuro, ya que los factores causales (la radiación ultravioleta) tienen sus efectos al cabo de los años y no de forma inmediata. En países como Australia, que lleva muchos años realizando estas campañas de prevención, ya se están viendo los beneficios con una disminución en las tasas de incidencia del cáncer de piel. En nuestro país lo que ya se ha constatado es que cada vez se diagnostican en fases más precoces los casos de cáncer de piel, y eso hace que la curación sea mucho mayor. Esto ya es un gran avance».
La prevención es fundamental para conservar una piel saludable, reducir el riesgo de cáncer y llegar a la vejez con mejor calidad cutánea. Es una perogrullada, pero es importante insistir en varias pautas. Se deben evitar las horas de máxima irradiación solar (entre las 12 y las 17 horas). Además, aquellas personas con pieles claras, múltiples lunares, antecedentes personales o familiares de cáncer de piel deben acentuar las medidas de fotoprotección. La exposición crónica es otro aspecto a tener en cuenta. Hay que evitar la exposición solar prolongada, utilizar filtros solares adecuados a nuestro tipo de piel y poner especial atención en la población pediátrica para que no haya quemaduras solares: «En definitiva, hay que disfrutar del sol con sentido común y con visión de futuro a largo plazo».
Estos y otro muchos consejos van a quedar reflejados en el Libro Blanco del Cáncer de Piel, una guía práctica que está terminando de elaborar la AEDV para que la población sepa fidedignamente de los graves efectos del abuso de sol: «Es un documento donde se están recogiendo todos los datos de nuestro país y de la practica clínica diaria en cuanto a incidencia y prevalencia del cáncer de piel. Nos va a permitir tener datos reales de la situación del cáncer de piel en España», explica el galeno a la vez que pone el foco en los jóvenes de entre 12 y 18 años, la edad más rebelde de la vida en todos los sentidos: «Según nuestros estudios, los niños y los adultos son los que mejor están protegidos, y los adolescentes los que peor lo hacen. Por eso, en esta etapa de la vida es importante transmitir los posibles efectos nocivos a largo plazo de la exposición solar. Tenemos una piel para toda la vida y aquellos daños que la infringimos de joven van a tener una repercusión a largo plazo. Hay que cuidar tu piel ahora para poder disfrutar de ella mañana».
Si hay un producto que no puede faltar a la hora de combatir los perjuicios del sol son las cremas de protección. Año tras año, los laboratorios invierten mucho dinero en mejorar la eficiencia de estas, pero en las últimas semanas se ha levantado un gran polémica por su (desconocido) uso limitado de doce meses, situación que ha indignado a buena parte de los consumidores, enfadados ya por el elevado precio de éstos: «Lo más importante es hacer caso de los consejos. Debemos utilizar cremas con protección adecuada a nuestro tipo de piel y reaplicar cada 2-3 horas o tras el baño. Por mucho que lo hayamos escuchado y leído miles de veces, aún hay gente que sigue sin hacer caso de estas pautas. Ahora bien, una vez abiertas, la duración de las cremas solares es de doce meses, y este dato viene indicado en el envase del producto. Siempre ha sido así. No creo que deba haber debate sobre este asunto. Además, en el mercado hay cada vez mayor oferta de fotoprotectores y a precios económicos, pero es verdad que la tecnología que incorporan, cada vez es más avanzada y eficaz, provoca que quizás algunas cremas solares no sean todo lo barato que nos gustaría que fueran», detalla el especialista en Dermatología José Luis López Estebaranz.
La controversia con el uso de las cremas solares va de la mano con la de la vitamina D. Hay expertos que consideran que tanta precaución con el sol le quita al cuerpo su necesaria dosis de este tipo de vitamina. ¿Leyenda urbana o realidad? Responde el dermatólogo: «Las necesidades corporales de vitamina D se sintetizan por la piel tras una exposición de unos 10-15 minutos de una zona como las piernas, la cara o los brazos. Por más tiempo que estemos expuestos a la luz ultravioleta no vamos a fabricar más vitamina D. Solo en aquellas personas que requieran unos aportes especiales, por alteraciones en su absorción o producción (enfermos renales, personas con osteoporosis…) o porque tengan un déficit en la misma, se pueden suplementar con aportes orales de vitamina D. Por lo tanto, debemos concienciarnos de protegernos el resto del tiempo y así evitaremos el envejecimiento prematuro de nuestra piel, y el aumento del riesgo de lesiones precancerosas y de cáncer de piel»
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