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Melchor Sáiz-Pardo | Álvaro Soto
Miércoles, 3 de febrero 2021, 09:31
España podrá seguir vacunando este invierno a un ritmo considerable, aunque todavía muy lejano a la 'velocidad de crucero' de casi un cuarto de millón diario de inyecciones que necesita para conseguir, tal y como es su objetivo declarado, haber inmunizado al 70% de la ... población a finales de verano. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, comunicó hoy a las comunidades que España ya tiene el compromiso de los tres laboratorios que tienen la autorización europea (Pfizer, Moderna y Astrazeneca) de que antes de abril llegarán a España no menos de 6.797.185 dosis.
Según explicó Darias tras la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS),el consorcio Pfizer/BionTech, tras los problemas de entrega de este mes de enero a cuenta de reajustar sus cadenas de producción, se ha comprometido ya a entregar 1.779.570 dosis en febrero para luego, en marzo, aumentar todavía más el suministro hasta llegar a los 2.705.040 inyectables. Moderna, que hasta ahora ha tenido un peso casi testimonial en el suministro, por su parte, tiene previsto entregar a Sanidad en el presente mes 412.000 ampollas. Y AstraZeneca, tras su bronca con la UE por sus incumplimientos en los plazos de entrega, finalmente facilitará a España antes de la primavera al menos 1.810.575 dosis.
Con este suministro España podrá garantizarse durante los próximos dos meses un ritmo de vacunación de algo más de 120.000 inoculaciones diarias, todavía lejos del famoso cuarto de millón necesario para conseguir la ansiada inmunidad de rebaño en septiembre con el 70% de la población del país (un 33 millones de personas) inmunizadas con las dos dosis.
Hasta este miércoles, 40 días después de comenzar la campaña, España había recibido 2.218.755 dosis de Pfizer y Moderna y había administrado 1.673.054 pinchazos, una media diaria de poco más de 41.000 inyecciones.
A pesar de que ni siquiera con las promesas de las tres farmacéuticas los números salen, la ministra se mostró optimista por el buen ritmo de vacunación y se mostró confiada en conseguir alcanzar la inmunidad de rebaño en los plazos previstos. «Ahora mismo la dificultad está en la llegada de las dosis no en la administración de las vacunas, porque sabemos de la capacidad del sistema», insistió Darias, que no quiso especular sobre los siguientes grupos a inmunizar tras los mayores de 80 años.
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Melchor Sáiz-Pardo | Álvaro Soto
Melchor Sáiz-Pardo | Álvaro Soto
Sanidad tenía previsto anunciar en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud su decisión probable de vetar la vacunación de los mayores de 65 años con la fórmula de los laboratorios de AstraZeneca tal y como le han recomendado los expertos, pero finalmente pospuso este anuncio a este jueves por «motivos técnicos».
Aun así, Darias aseguró que los mayores de 80 años solo recibirán las vacunas que utilizan la tecnología ARN mensajero, que de las aprobadas hasta ahora, son las de Pfizer y Moderna, de manera que la de AstraZeneca se inyectará a los menores de esa edad.
Si finalmente Sanidad hace suya las recomendaciones de los expertos, España se alineará con los principales países europeos. Los comités científicos de Francia, Alemania, Polonia, Austria, Suecia, Italia, Bélgica o Países Bajos han desaconsejado inocular la fórmula desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford al entender que no hay datos suficientes que avalen su eficacia en las personas mayores. A estos países se unión hoy Suiza que, horas antes de que el CISNS se opusiera del uso de la fórmula de AstraZeneca para los mayores, decidió directamente no autorizar la comercialización de la vacuna en el país helvético para ningún grupo de edad precisamente por la falta de información suficiente sobre los ensayos previos.
El pasado 29 de enero, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) cuando autorizó la comercialización de la profilaxis no puso ninguna cortapisa para su inoculación en los mayores de 65 años. El único límite que impuso fue por abajo, ya que vetó su administración a menores de los años. Tampoco el Reino Unido, marcando máximos diarios de mortalidad, prohibió su uso en mayores.
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