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No habrá un plan específico, al menos por el momento, para vacunar a los turistas que se encuentren fuera de sus lugares de residencia este verano, pero Sanidad y las autonomías no están dispuestas a que las vacaciones provoquen una desaceleración en las inoculaciones. Así ... la Comisión de Salud Pública acordó hoy autorizar a las comunidades para que puedan fusionar en un solo grupo a todas las cohortes etarias, si así los consideran necesario. Esta flexibilización extrema del sistema de citas por grupos de edad –explicaron los técnicos de la Ponencia de Vacunas- en principio evitaría que queden huecos libres en las agendas de los centros de inmunización a cuenta del veraneo y permitiría seguir manteniendo el ritmo de inoculaciones con vistas a conseguir el objetivo del 70% de la población con la pauta completa (inmunidad de rebaño).
«Teniendo en cuenta la mayor disponibilidad de vacunas en estas próximas semanas, la situación epidemiológica actual y la entrada en el periodo estival, y por cuestiones organizativas y de factibilidad, se podrá ir solapando la captación de diferentes grupos», fue el acuerdo literal alcanzado este martes en el órgano que reúne a los directores generales del Ministerio de Sanidad y las comunidades y que, de facto, da luz verde a acabar con el sistema de citación por edad, aunque con matices, porque la comisión especifica que aunque se fundan en un solo grupo, se debe «mantener el orden de edad descendente». O sea, se podrán juntar diferentes grupos en la citación pero siempre que se haya llamado al de mayor edad, explicaron a este periódico desde la comisión.
La que será la octava actualización de la estrategia de vacunación fija los siguientes tres nuevos grupos, que son los que van a poder fundirse en uno solo junto con los que ya están en marcha: grupo 11 ( personas entre 30 y 39 años); grupo 12 (entre 20 y 29 años) y grupo 13 (entre 12 y 19 años).
Además, los técnicos acordaron que, en cualquier caso, hay que priorizar la vacunación de adolescentes a partir de 12 años que pertenezcan a los grupos 1, 4 y 7 (grandes dependientes y condiciones de muy alto riesgo), tras la aprobación de la vacunación para este grupo de edad el pasado 31 de mayo. Una inmunización que, por el momento, solo podría hacerse con la fórmula de Pfizer, que es la única que está autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para ser usada hasta los 12 años.
Otro de los acuerdo de la Comisión fue la de instar a las comunidades a «insistir en la captación de las personas de 40 y más años que no se han vacunado todavía», ya que, según explicaron responsables del departamento que dirige Carolina Darias, conforme bajan los grupos etarios convocados a la inoculación aumenta levemente el porcentaje de 'desertores', ya que la percepción del riesgo es menor. Y esto se ha detectado particularmente desde que el listón de la vacunaciónbajó de los 50 años.
Según explicaron fuentes de la comisión, la flexibilización del sistema de citación por grupos de edad es, hasta ahora, la «mejor solución encontrada por los técnicos de Sanidad y las comunidades al inminente problema de la vacunación durante las próximas vacaciones». Los técnicos de Salud Pública, que el pasado 8 de junio recibieron el encargo de estudiar esta compleja cuestión, en principio, siguen reacios a establecer un plan para inocular en los lugares de veraneo por la «dificilísima» logística que supondría el cálculo y transporte de las dosis exactas a los lugares de vacaciones, además de no contar en esos destinos vacacionales (habitualmente pequeñas localidades) ni con personal ni con medios suficientes para una campaña de inmunización de esta envergadura.
Por tanto –explicaron estas mismas fuentes- por el momento la recomendación sigue siendo ser vacunados en el lugar de residencia, con la flexibilidad de fechas que ya permiten los sistemas de autocitación de muchas comunidades y la autorización ahora para «solapar» diferentes grupos etarios. La única solución alternativa que contempla Salud Pública es la de obtener la cartilla de desplazado, aunque es una opción que tampoco cuenta con el apoyo de todos los técnicos por la carga de trabajo adicional que el alta de estos documentos provocaría.
A pesar de la expectación provocada, finalmente la Comisión de Salud Pública no entró a estudiar en su reunión de hoy la propuesta de prescindir del uso de la mascarilla en algunos espacios públicos después de un año y medio de pandemia. Según los informes presentados en este órgano, cuyo análisis fue pospuesto para más adelante, el fin de la obligación de portar el tapabocas se limitaría solo al exterior y exclusivamente en los momentos y lugares en los que se pudiera mantener la distancia de seguridad con personas que no sean convivientes o no pertenezcan al mismo grupo burbuja.
La necesidad de abrir este debate -cuando España en su conjunto se acerca ya a una incidencia acumulada de 100 y tiene ya más de la cuarta parte de la población totalmente inmunizada con la pauta completa- había sido defendida en los últimos días por buena parte de las autonomías, tales como Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Galicia, Madrid y Castilla y León, Aragón o Baleares. Pero la abolición de la mascarilla cuenta con el rechazo por el momento de otros territorios como País Vasco, Navarra, Extremadura o Andalucía que lo consideran precipitado, hasta el punto, que algunos técnicos de estas administraciones, abogan por plantearse levantar la prohibición cuando la incidencia a 14 días baje de 50 casos cada 100.000 habitantes, el listón que marca la zona de bajo riesgo de contagios.
Precisamente esa falta de consenso entre comunidades hizo que Sanidad este lunes prefiriera posponer el debate.
Sea como fuere, la supresión total o parcial de la obligación de portar esta prenda comportaría un cambio normativo. Y es que la conocida como ley de la 'nueva normalidad' (Ley 2/2021de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la covid) del pasado marzo fija que la mascarilla debe portarse en todo momento y situación siempre que se permanezca en un espacio público y aunque haya distancia de seguridad. Esa normativa fue la que las comunidades y Sanidad acordaron en el Consejo Interterritorial «flexibilizar» (en la práctica, incumplir parcialmente) para permitir prescindir del tapabocas en playas, piscinas y otros lugares de asueto de medio acuático cuando se esté tomando el sol y sin moverse.
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