Una sanitaria vacuna a una adolescente con la primera dosis de Moderna en la Ciudad de las Artes (Valencia). E. P.

La quinta ola de la covid deja ya 38 fallecidos menores de 40 años

Más de 9.200 personas por debajo de esa edad han sido hospitalizadas en los últimos dos meses y 632 han acabado en cuidados intensivos

Álvaro Soto

Madrid

Domingo, 22 de agosto 2021, 00:02

Aunque por su gran intensidad ha acabado impactando en todos los colectivos, la quinta ola de la covid-19 se recordará como la 'ola joven'. El decaimiento de las restricciones más duras, simbolizado en el fin del estado de alarma un mes antes y en ... el adiós a la obligación de usar mascarilla en exteriores, llevó la incidencia acumulada desde los cien casos hasta los 700 en apenas un mes, del 25 de junio al 27 de julio.

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En aquellos días de euforia apenas contenida, los epidemiólogos y los expertos en salud pública se esforzaron en frenar la baja percepción de riesgo frente a la covid que se extendió entre la juventud. «Si no respetan las medidas, los jóvenes pueden enfermar, pueden ingresar en la UCI y algunos, poquitos, no muchos, incluso fallecer. Y que me perdonen los mayores, es duro decirlo, pero no es lo mismo que se muera una persona joven a que se muera alguien de 95 años», lamentó entonces el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón.

Dos meses después, aquellas declaraciones quedan refrendadas por los datos, no tanto en el número de muertes, pero sí en la presión hospitalaria. Desde el 23 de junio, 38 menores de 40 años han fallecido por coronavirus, según los informes sobre la covid-19 del Instituto Carlos III y de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave), todavía provisionales a la espera de confirmación.

Desde el inicio de la pandemia han muerto 355 menores de 40 años y 2.619 han sido ingresados en las UCI

La ola más mortífera en esta franja de edad fue la tercera, que causó estragos en diciembre y sobre todo, después de Navidad: 114 menores de 40 años fallecieron, en la primera (de marzo al 11 de mayo del año pasado) fueron 94, 84 en la segunda (del 11 de mayo al 2 de diciembre) y 25 en la cuarta (del 24 de febrero al 20 de junio), aunque todas las comparaciones entre olas deben tener en cuenta que su duración ha sido muy diferente (dos meses la primera y la quinta, tres meses la tercera, cuatro meses la cuarta y casi seis la segunda).

La preocupación aumenta si se observa la ocupación de los hospitales. En los dos últimos meses, 9.201 menores de 40 años han tenido que ser ingresados por covid-19, solo por detrás de los que fueron hospitalizados en la tercera ola (11.417, pero en un mes más); en la segunda acabaron ingresados 8.266, 6.079 en la cuarta y 5.627 en la primera. En proporción, nunca antes tantos menores de 40 años habían acabado en una cama hospitalaria tan rápido como ahora.

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Y la situación es todavía más extrema en el caso de las UCI. Desde el 23 de junio hasta el 18 de agosto han llegado a cuidados intensivos 632 menores de 40 años, el máximo en cifras absolutas y relativas de toda la pandemia. En la tercera fueron 581, en la cuarta 544; en la segunda, 470 y en la primera, 392. El recuento del Carlos III concuerda con los testimonios de los médicos intensivistas, que desde la cuarta ola constatan que el perfil de los ingresados en UCI ha cambiado radicalmente. Ahora son más jóvenes y con cuadros de covid más graves. Muchos de estos hospitalizados tienen alguna patología previa (hipertensión o diabetes) o son obesos, pero otros se encontraban sanos antes del virus. Además, pasan de media más tiempo en cuidados intensivos.

El aumento de los ingresos de jóvenes en los hospitales es una consecuencia directa de las elevadísimas incidencias acumuladas a las que ha llegado este colectivo en los últimos dos meses. A finales de julio, las franjas de edad de entre 12 y 19 años y de entre 20 y 29 rozaron una incidencia de 2.000 casos.

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En la quinta ola, por grupos de edad por debajo de los 40 años, entre los que tienen entre 30 y 39 se notifican 23 fallecimientos, 378 ingresos en UCI y 4.419 hospitalizaciones en camas de planta; entre los de 20 y 29, 11, 187 y 3.265; entre los de 10 y 19, tres, 51 y 992; entre los cinco y los nueve años, uno, cuatro y 121; y entre los menores de cinco años no se ha computado en esta oleada ningún fallecimiento, pero sí doce ingresos en UCI y 404 hospitalizaciones.

Balance

Desde el inicio de la pandemia, han muerto 355 menores de 40 años (de ellos, trece tenían menos de diez años), 2.619 han sido ingresados en unidades de cuidados intensivos y 40.590 han tenido que ser hospitalizados en planta, según el Carlos III.

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Aunque la quinta ola no pillaba por sorpresa y el conocimiento científico sobre la enfermedad era mucho mayor que en embestidas anteriores, los jóvenes se enfrentaron a este nuevo ataque del virus, sobre todo en las primeras semanas, sin la defensa más poderosa. El 23 de junio, la vacunación todavía era testimonial en este grupo de edad: solo el 10,7% de los españoles de entre 30 y 39 años había recibido la pauta completa; el 9% entre los 20 y los 29; y el 0,5% entre los 12 y los 19.

Ahora, los porcentajes han cambiado y el 61,9% de entre 30 y 39 años ya tiene la pauta completa, el 42,2% de entre 20 y 29 años y el 12,7% de entre 12 y 19, aunque algunas comunidades se están encontrando con problemas para vacunar a todos los jóvenes, bien porque se encuentran de vacaciones fuera de su lugar de residencia, bien porque mantienen esa percepción de riesgo baja respecto a la enfermedad.

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Menos hospitalizados, menos UCI y menos letalidad

El diferente perfil de los contagiados en la quinta ola de la pandemia, propiciado principalmente por las diferencias en la vacunación entre los diferentes grupos etarios, no ha cambiado, sin embargo, las grandes líneas del enfoque sobre la covid-19: continúa siendo una enfermedad que afecta principalmente a las personas mayores y a aquellas que sufren patologías previas mientras que en los jóvenes, en la inmensa mayoría de los casos, se supera de forma asintomática o con síntomas leves.

Según los datos del Instituto Carlos III y de Renave, los menores de 40 ya suponen más de la mitad de los casos totales de covid en España desde el inicio de la pandemia; en concreto, el 50,52%, y eso que en la primera ola del virus apenas representaban el 16% de los casos diagnosticados, aunque en ese momento, por la falta de test, solo se realizaban pruebas a una parte de los ingresados en los hospitales con síntomas compatibles con la enfermedad, en la mayoría de los casos, personas mayores. Con la posibilidad de hacer test a otros sospechosos de sufrir la covid, las porcentajes se han ido equilibrando en las siguientes olas.

Donde no hay equilibrio es en el resto de los indicadores. Los menores de 40 años apenas representan el 10,73% de las hospitalizaciones, el 7,33% de los ingresos en las unidades de cuidados intensivos y únicamente el 0,48% de los fallecimientos.

La posibilidad de morir por covid, por tanto, es mucho mayor cuanta más edad tiene el paciente. Por ejemplo, el 20,8% de los mayores de 90 años que han sido diagnosticados de covid ha terminado falleciendo; el 13,3% de entre los que tenían 80 y 89 años; el 5% de entre 70 y 79 años y el 1,4% de entre 60 y 69 años. Sin embargo, en la horquilla opuesta los menores de 40 años están en una letalidad inferior al 0,1%.

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