d. g. / j. s.
Domingo, 1 de marzo 2020, 12:02
Un paciente llega a un centro sanitario con sospechas de haberse contagiado con el coronavirus. El personal sanitario pone entonces en marcha un protocolo para evitar nuevos contagios y el enfermo es aislado en un cubículo con las condiciones debidas mientras se determina si ... está o no infectado.
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Infección respiratoria aguda. El primer paso del personal sanitario es determinar que el paciente presenta un cuadro clínico compatible con una infección respiratoria aguda con el inicio súbito de los siguientes síntomas: tos, fiebre o disnea.
Cuestionario. A continuación el paciente es sometido a un test para determinar si ha viajado a alguna de las zonas de «transmisión comunitaria», áreas que van cambiando según evoluciona la epidemia. También se trata de determinar si ha tenido algún «contacto estrecho» con algún infectado.
La última versión del protocolo establece analizar también a los pacientes con estos síntomas ya ingresados en los que se han descartado otras posibles causas.
El paso siguiente son las pruebas diagnósticas. El paciente sospechoso es trasladado a una zona de aislamiento habilitada para someterse a los análisis. En este momento el personal sanitario ya va convenientemente protegido con gafas, guantes y mascarillas.
Se toma saliva del paciente. Lo recomendado, según el protocolo del Ministerio de Sanidad, es extraerla tanto del tracto respiratorio superior como del inferior. Habitualmente se realiza con barritas de algodón que se guardan herméticamente. Los resultados tardan en conocerse entre tres y cuatro horas.
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El paso siguiente es el análisis de sangre. Fuentes sanitarias explican que con la muestra de saliva se sabe si alguien se ha infectado. Las pruebas sanguíneas sirven para valorar el nivel de infección que puede variar de un enfermo a otro, destacaron.
Las muestras se envían posteriormente al Instituto de Salud Carlos III. Las mismas fuentes explican que se trata de una medida de comprobación, ya que existen virus muy similares y pueden originar algunas confusión. En la misma línea señalan que es muy raro un diagnóstico equivocado.
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Evolución. El protocolo del Ministerio establecido señala que en los casos confirmados se tienen que enviar parejas de sueros tomadas al menos con 14-20 días de diferencia. El primero se recoge en la primera semana de la enfermedad (fase aguda). También se remiten al Instituto Carlos III análisis de heces y orina con el fin de confirmar o descartar la excreción virus por vías alternativas a la respiratoria.
No es necesario ingresar a todos los pacientes, aunque es el procedimiento recomendado de forma general. Podrán permanecer en aislamiento y asistencia domiciliaria.
Aislamiento domiciliario. Para que el paciente pueda seguir un tratamiento en su casa, se debe garantizar que dispone de una habitación individual bien ventilada y el uso de un baño propio. El enfermo tiene que estar disponible para las evaluaciones médicas y tanto él como el resto de personas que se encuentren en la vivienda deberán aplicar las medidas de higiene básicas y de control de la infección.
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Alta médica. El paciente recibe el alta, según el protocolo aprobado por el Ministerio de Sanidad, una vez que se han obtenido resultados negativos sobre la presencia del virus en su organismo con dos muestras respiratorias que han sido obtenidas separadas por al menos 24 horas.
El protocolo establece también los procedimientos para evaluar el estado de salud de las personas que han estado en contacto con alguno de los pacientes.
El personal sanitario recogerá la información necesaria para evaluar las posibilidades de contagio.
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Vigilancia activa. El posible contagiado será informado de su estado de salud y se iniciará un periodo de vigilancia activa durante dos semanas, que es el periodo máximo de incubación del virus determinado hasta el momento. Ahora bien estas personas tendrán que estar siempre localizables. Podrán llevar una vida normal, pero siempre informados de las precauciones de higiene respiratoria y lavado de manos que deben seguir.
Aislamiento. Si durante los 14 días posteriores a la exposición al contagio la persona desarrollara los síntomas de la enfermedad tendría que hacer autoaislamiento inmediato domiciliario y contactar en el plazo más breve posible con Sanidad. Pasarían así a ser casos en investigación hasta que se confirmara o descartara la presencia del virus.
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