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Pilar Mateo, científica e inventora de una pintura insecticida que ha evitado miles de muertes. M. Ponce
Pilar Mateo: «En Monrovia el ébola se erradicó con el continuo lavado de manos y sin tocarse»

Pilar Mateo: «En Monrovia el ébola se erradicó con el continuo lavado de manos y sin tocarse»

Doctora en Químicas e inventora de la pintura que salva vidas, aboga por mantener la guardia alta ante la llegada de otras enfermedades víricas | «La higiene es vital»

Lunes, 13 de abril 2020, 00:46

Pilar Mateo (Valencia, 1959) trabaja desde hace 23 años en la erradicación de enfermedades endémicas vinculadas a la pobreza. De su mente inquieta de científica (es doctora en Químicas) y emprendedora (cuenta con ocho patentes) surgió una pintura insecticida que lleva décadas salvando vidas ... en los países más necesitados, y que le ha merecido el reconocimiento internacional de sus colegas. Esa pócima milagrosa ha combatido con éxito los insectos transmisores de la malaria (que cada día mata a 2.000 niños, el 90% en África subsahariana), el dengue, el chagas, la leishmaniasis... enfermedades todas ellas muy contagiosas como lo son también el ébola y el coronavirus.

Bajo una larga experiencia que, entre otras cosas, le ha llevado a convivir durante siete años con las comunidades indígenas del Chaco boliviano (allí su pintura evitó miles de muertes), la doctora recuerda que los virus cada vez viajarán más (lo hemos visto con el Covid-19, que en pocas semanas se propagó por todo el planeta desde una ciudad china), y que las enfermedades serán globales. Pone el ejemplo del mosquito tigre, que transmite virus que provocan dengue, zika o chikunguya, y del que, hasta hace muy poco, todo el mundo hablaba como si se tratara del enemigo público número uno. «Ya no se habla de él, ni tampoco somos conscientes de los virus que transmite; volveremos a tener problemas si no tomamos medidas y adoptamos estrategias correctas», advierte.

Por eso subraya la importancia de atacar estas enfermedades en su origen. «O ayudamos a los países que las sufren, que suelen ser los más empobrecidos, o las veremos propagarse por todo el mundo». Como especialista internacional en el control de vectores que transmiten enfermedades endémicas, Mateo no se cansa de repetir lo vital de tomar medidas de prevención. Ella y su equipo andan estos días volcados en tutoriales y vídeos explicativos dirigidos a los profesionales de los distintos campos sanitarios que luchan contra la pandemia del Covid-19. En ellos enseña cómo usar y desinfectar los equipos de protección individual (EPI), desde los guantes al calzado, pasando por la bata-impermeable.

Mateo insiste en la higiene y la limpieza para prevenir enfermedades o combatir las que nos rodean «porque convivimos», recuerda, «con bacterias, virus, mosquitos… patógenos que buscan en nosotros su propia supervivencia», ilustra. Así que ha aprovechado un documental que grabó hace cuatro años junto a Canal Historia en Monrovia, la capital de Liberia, en plena crisis por la epidemia del ébola, para explicar el minucioso proceso de desinfección de los EPI, desde el instante de su colocación hasta su retirada final tras el contacto con contagiados con este virus.

El protocolo conlleva nada menos que catorce pasos, desde el primero, un lavado de manos con jabón o lejía diluida en agua (al 0,1%) antes de acceder al recinto hospitalario, hasta el último: la desinfección de las botas al abandonarlo. Mateo rememora su estancia en Monrovia, caminando protegida hasta arriba por cementerios que rebosaban de cruces y túmulos por los miles de muertos que el ébola había provocado en apenas unas semanas. «El ébola se originó en África porque allí la gente por hambre come murciélagos, y el coronavirus ha llegado de China porque allí, en los mercados de animales, las medidas higiénicas no son las adecuadas, y ante este tipo de zoonosis, tenemos que estar preparados».

En el vídeo aparece ella lavándose continuamente las manos con una solución de agua y lejía, y saludando con el codo, sin tocarse. «El ébola se cortó así. El coronavirus se podía haber cortado hace cuatro meses si alguien hubiera advertido: 'Oiga señores, que no se toque a nadie'. Así se erradicó el ébola en Liberia, un país muy pobre donde la gente no tiene geles hidroalcohólicos ni mascarillas. Y esto se podía haber hecho antes aquí con medidas de prevención, que es de lo que yo siempre estoy hablando. Prevención es enseñar a la gente que vivimos en un mundo global, donde las enfermedades viajan continuamente», enfatiza.

La científica valenciana confía en que «pronto» se obtenga la vacuna para frenar los contagios, pero mientras tanto pide no bajar la guardia ante otras enfermedades víricas transmitidas por mosquitos, como la leishmaniasis, que afecta sobre todo a los perros, pero también a las personas. «Aquí no se le hace caso porque parece que es una enfermedad de perros, pero ya ha saltado a humanos. En varios países europeos tenemos ya casos de leishmanía en un número importante. Y tenemos enfermedades como el dengue, en este momento tapado por el coronavirus, pero que en América Latina está sufriendo la mayor propagación en la historia».

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