Janssen estaba llamada a ser el gran refuerzo de la campaña de vacunación en España y en Europa. La fórmula que iba a dar el acelerón a la inmunización con la llegada de la primavera tras los retrasos provocados por los problemas de ... seguridad de AstraZenenca. La primera profilaxis monodosis del mercado que iba, ahora sí, a ayudar a la solitaria Pfizer a acortar plazos hacia la inmunidad de rebaño.
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Pero la realidad está convirtiendo todo en un fiasco. Según han confirmando responsables de Sanidad, el gigante norteamericano Johnson & Johnson, una vez más, ha comunicado a las autoridades de la UE que esta semana tampoco va a cumplir sus entregas previstas y que solo con suerte podría servir la mitad de las dosis prometidas.
El recorte de las últimas horas no es, ni mucho menos, el primero. Desde que a mediados de abril llegarán los primeros 146.000 viales a España de la que era la cuarta vacuna autorizada por la EMA, el flujo de llegada ha sido «totalmente irregular», según reconocen responsables de Sanidad y de las comunidades.
La promesa de Carolina Darias era que en el segundo trimestre España iba a recibir 5,5 millones de dosis, pero lo cierto es que pasado el ecuador de ese plazo la multinacional solo ha entregado 410.400 dosis, mucho menos de la décima parte de lo comprometido. Y de ellas, apenas la mitad han sido inoculadas por la decisión de Sanidad de reservar esta fórmula exclusivamente al colectivo entre 70 y 79 años por los problemas de coágulos en mujeres de entre 18 y 48 años detectados en Estados Unidos.
En Sanidad ya admiten sin ambages que no cuentan con que Janssen sirva a tiempo los 17,5 millones de dosis que España tiene compradas para ser entregadas entre marzo y septiembre y que la estrategia vacunal seguirá descansando en más de un 75% en Pfizer, sobre todo después de que la compañía haya sido capaz de aumentar los ritmos de producción hasta lograr suministrar solo este junio 13 millones de dosis a España.
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La Comisión de Salud Pública la semana aprobó el uso de Janssen para personas de difícil localización (como trabajadores del mar, temporeros, inmigrantes sin papeles, sin techo o españoles residentes en el extranjero) pero a día de hoy los propios expertos dudan de que puedan emprender esa campaña.
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