J.M.L.
Toledo
Miércoles, 3 de junio 2020, 14:18
Susana Gómez y su marido, Antonio Escribano, han vivido lo mejor y lo peor durante la pandemia por la Covid-19: tener a su primer hijo -una niña a la que han llamado Alba- y perder a un cuñado. Su vida empezó a dar un ... giro a principios de marzo, antes de que se decretara el estado de alarma. Susana ingresó en el «Hospital General La Mancha Centro» de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) -la pareja reside en el vecino pueblo de Madridejos (Toledo)- con siete meses y medio de gestación, diagnóstico de embarazo de riesgo y problemas de tensión muy alta.
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Tras dar a luz a la pequeña, que apenas pesó un kilo, su salud se complicó y fue trasladada a la UCI donde también se le diagnosticó que había dado positivo por la Covid-19. Después de 43 días interminables, Susana, Antonio y Alba pudieron abandonar el hospital y regresar a su hogar donde la madre se recupera. «Me encuentro bien pero tengo que recuperar poco a poco la movilidad de los músculos porque he perdido capacidad muscular, pero iré mejorando», explica con optimismo esta auxiliar de enfermería que hasta hace unos meses trabajaba activamente en el hospital de Alcázar de San Juan hasta que tuvo que cogerse la baja laboral.
Susana hace ejercicios de rehabilitación, sale a caminar con andador y piensa que «todo es cuestión de tiempo». A Alba la conoció a través de una foto y un vídeo que le envió su marido y por fin pudo tenerla entre sus brazos tras más de un mes desde el alumbramiento. «Me puse a llorar porque no me lo creía pero también sentí mucha alegría y ternura porque ya podía disfrutar de ella», recuerda.
Ya en su casa de Madridejos, Susana quiere que su experiencia sirva de alivio para quienes siguen hospitalizados o aislados por el coronavirus: «Se puede salir de esto gracias, sobre todo, al trabajo que hacen los profesionales sanitarios, que han sido mi familia durante este tiempo».
También hace una llamada a la responsabilidad para que se cumpla con las medidas sanitarias y se haga caso a los mensajes de las autoridades: «Me da mucha pena ver gente que va por la calle sin mascarilla teniendo en cuenta lo que hemos sufrido y sabiendo que el virus seguirá durante más tiempo si no ponemos en marchas medidas de prevención».
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Feliz también de su estreno como padre se expresa Antonio, «eternamente agradecido a los fabulosos profesionales del hospital, que se dejaron la piel y no sólo con Susana sino con todo el que ha pasado por allí en estos momentos tan duros».
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