Sanidad rechaza unificar la respuesta de las comunidades pese al récord de casos

Pero no solo eso. Los ministros Salvador Illa y Darias también descartaron por completo en la reunión de este miércoles del Consejo de Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que el Gobierno central, al menos, unifique la respuesta de las comunidades o fije unas pautas comunes a las autonomías para responder a la nueva embestida de un virus espoleado ya con fuerza por el ‘efecto Navidad’ y probablemente también ya por la ‘cepa británica’.

Illa se limitó a responder a todos los consejeros que le pidieron más contundencia y coordinación que había que esperar unas semanas para ver el efecto de las restricciones ya implementadas. E insistió que, a pesar de que España ya roza los 500 casos de incidencia acumulada, la apuesta del Gobierno central sigue siendo «medidas ágiles, contundentes, proporcionadas y quirúrgicas».

Ante las largas del Ejecutivo central a fijar directrices en la primera reunión de Sanidad con las consejerías tras el fin de las temidas vacaciones las comunidades siguieron respondiendo, un día más, con la aprobación de todo tipo de restricciones. Medidas de los más dispares y sin ningún tipo de coordinación ni siquiera entre territorios colindantes, tal y como quedó patente en el encuentro telemático de este miércoles, donde los responsables de salud autonómicos se limitaron a recitar sus nuevas limitaciones, que en la mayoría de los casos se habían adoptado antes de comenzar el consejo.

Así las cosas, numerosas autonomías anunciaron hoy nuevas restricciones, siguiendo la línea ya marcada esta semana de endurecer casi diariamente las medidas a golpe del último alarmante dato estadístico. Fue el caso de Baleares, que solo horas después de prohibir las reuniones de no convivientes en Mallorca e Ibiza, decidió adelantar el toque de queda en Menorca con otra nueva orden complementaria.

Poco antes, Cantabria había decretado una medida poco habitual hasta ahora, el cierre de centros comerciales en fin de semana, la que sumó otras más habituales como prorrogar un mes la clausura en el interior de los bares, además de limitar el aforo en espacios culturales.

Navarra hizo una apuesta diferente a todas al prohibir fumar en terrazas y en la pública a partir del viernes y durante dos semanas. El Gobierno foral, sin embargo, sí que se alineó con otros territorios al adelantar a las 21:00 horas el cierre hostelería

En Galicia, la Xunta optó por adelantar el toque de queda a las 22:00 horas y prohibir las reuniones de cuatro personas. Además, el Ejecutivo de Alberto Nuñez Feijóo ‘compró’ la tesis de la madrileña Isabel Díaz Ayuso y acordó confinamientos quirúrgicos de pequeñas zonas con el cierre perimetral de los 63 concellos con mayor incidencia.

El Gobierno de La Rioja ordenó se decantó por restricciones ya clásicas: el confinamiento perimetral de las áreas metropolitanas de Logroño, Lardero y Villamediana, y decretó el cierre de establecimientos no esenciales a las 17:00 horas, amén de suspender las visitas a las residencias.

Castilla-La Mancha activó, por su parte, el cierre perimetral de todos los municipios de la provincia de Ciudad Real.

Así las cosas, en los tres primeros días de la semana más de la mitad de las autonomías ya han endurecido una o varias veces sus medidas. Otras como Andalucía, donde el propio presidente Juanma Moreno ya habla de una evolución «explosiva» de la pandemia que debería hacer reflexionar al Gobierno central sobre la posibilidad de dar luz verde al encierro domiciliario, anuncian restricciones inminentes.

Pero también hay otras como Madrid, renuente donde las haya a endurecer las medidas a pesar de ser la segunda comunidad con mayor incidencia, y que espera que el “confinamiento meteorológico” provocado estos días por el temporal Filomena obre el milagro de bajar la tasa de los contagios, tal y como apunto ayer el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Algo parecido ocurrió con Extremadura que, a la cabeza de España con más de un millar de casos de incidencia, se limitó este miércoles a prorrogar durante 28 días las restricciones ya existentes con el toque de queda a las 22 horas como la más severa de las prohibiciones.