La Generalitat propone que Barcelona y Lleida pasen a la fase 2

En la propuesta que la administración catalana trasladará al Ministerio de Sanidad, señala que en el caso de la región sanitaria de Lleida, se pedirá que pase a la segunda fase, pero la recomendación queda condicionada a la evolución de los indicadores en los próximos días, toda vez que en los últimos días se había detectado un rebrote en la zona y el Govern prefiere ser prudente. Barcelona y su área metropolitana han estrenado hoy una nueva situación dentro de la etapa 1. Desde este lunes, Barcelona ciudad ha dejado de estar aislada respecto al resto de la provincia y la movilidad se ha ampliado.

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El Departamento de Salud de la Generalitat apunta que en el caso de Lleida, la semana pasada decidió que se mantuviera en fase 1 porque se detectó un «aumento de casos». Fue en varias industrias agroalimentarias y en una fiesta familiar en una discoteca. La Consejería de Salud cree, no obstante, que Lleida estará en condiciones de pasar a la fase 2, de acuerdo a la evolución de la pandemia, tomando como referencia algunos indicadores como las capacidades diagnósticas, la asistencia y la identificación de contactos para el control de la epidemia. Actualmente, según Salud, está realizando pruebas PCR a la «inmensa mayoría de personas sospechosas de Covid-19». El Govern señala que ha puesto en marcha planes de acción concretos para los extranjeros que han viajado a la zona para trabajar en la campaña de la fruta y para los empleados de las plantas agroalimentarias como los mataderos de animales.

El Departamento de Salud de la Generalitat ha comunicado este lunes que en Cataluña han muerto 12.280 personas hasta ahora por coronavirus. La cifra se ha incrementado en 39 personas respecto a la de ayer, aunque el Govern ha aclarado que de las 39 solo 10 corresponden al día del domingo. Los datos del Govern no coinciden con los que reporta el Ministerio de Sanidad (son más del doble de muertos), pues el Gobierno catalán decidió emplear su propio método de recuento que incluye personas fallecidas que están confirmadas de haber padecido covid-19 por una prueba y las que son sospechosas sin que se les pudiera hacer un test concluyente.