La España del confinamiento obligatorio o voluntario

Por ahora, son la excepción: el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el responsable de Emergencias, Fernando Simón, han descartado que todo el país vuelva a confinarse. También lo ha hecho la Comunidad de Madrid, la que peores datos epidemiológicos ofrece actualmente. La lista de municipios confinados cambia cada día.

Cuando empezó el verano, pocos en Santoña (Cantabria) creían que en algún momento volverían a estar dentro de un cordón sanitario. Pero el pasado miércoles, el Gobierno regional decidió aplicar a este pueblo costero de 11.000 habitantes «una fase 2 estricta» que cerraba la hostelería y cortaba la movilidad. Aquí la causa fue el foco que se detectó en una conservera, junto con el turismo, la mayor industria del pueblo, que luego se extendió a los ámbitos social y familiar y finalmente, al comunitario. El resultado, 526 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que el resto de la comunidad tiene 193 y el conjunto de España, 222.

En Bolaños de Calatrava (11.934 habitantes, Ciudad Real), los brotes surgieron en trabajadores temporeros y en un núcleo familiar y tras 180 casos detectados por PCR, la Junta de Castilla-La Mancha echó el cierre del municipio durante dos semanas, igual que había hecho el 19 de agosto con Villamalea (4.027 habitantes, Albacete), que hasta el martes pasado estuvo 'cerrado'.

Más polémico ha sido el confinamiento de Benigàmin (Valencia), donde un juez anuló la primera resolución de la Generalitat valenciana. El Ejecutivo de Ximo Puig emitió después otra resolución y ahora mismo, los 5.841 habitantes del municipio no pueden salir de él.

Ante la dificultad para establecer confinamientos obligatorios (deben pasar por los tribunales y no todos los jueces los avalan), muchos ayuntamientos han decidido apelar a la conciencia y a la responsabilidad de sus ciudadanos y les han pedido que traten de evitar desplazamientos. En Albolote (18.808 habitantes, Granada) se detectó un repunte de casos tras el regreso de las vacaciones de sus ciudadanos y por varias celebraciones familiares. El alcalde llamó en un bando municipal al «autoconfinamiento voluntario» para frenar «la expansión del virus».

Hace un mes, Montalbán (4.489 habitantes, Córdoba), que lidera el número de casos en Andalucía, tenía que haber celebrado sus fiestas patronales y aunque no lo hizo, la relajación de algunos vecinos permitió que el virus se extendiera. El 16 de agosto decidieron meterse en sus casas por «autorresponsabilidad», dijo entonces el alcalde. En Tielmes (2.650 habitantes, Madrid) por fin pudieron respirar ayer, cuando concluyó el autoconfinamiento que se habían impuesto durante catorce días. Municipios como Paterna de Rivera, en Cádiz, Lumbrales, en Salamanca, Villanueva de la Concepción o El Borge (Málaga) o Lorquí, en Murcia, también decretaron el cierre.

En ocasiones, un grupo concreto de población es el que ha decidido que se iba a quedar en su casa hasta que la amenaza del virus remitiese. Así lo hicieron, por ejemplo, la juventud de la localidad riojana de Fuenmayor, tras los positivos de cuatro jóvenes de entre 15 y 22 años que pertenecían a diferentes grupos de amigos. Para evitar dudas, todos sus amigos dejaron de salir a la calle durante varios días.

En el otro extremo, y mucho más dramática, la situación de Candeleda (Ávila), donde los mayores de 65 años se autoconfinaron cuando estalló un brote en la residencia de mayores del pueblo. Ya han muerto diez personas que residían en este centro.