El discurso del PP contra la eutanasia en el Congreso descoloca al partido

Se trata de un argumento «más», trataron de relativizar ayer en la dirección del PP. Apenas 24 horas antes, el portavoz adjunto del Grupo Popular para asuntos sanitarios, José Ignacio Echániz, había planteado la idea en el Congreso para mostrar el rechazo del partido a legislar sobre la eutanasia: «Nos tememos, aunque no lo va a reconocer el PSOE, que detrás hay una filosofía de la izquierda para evitar un coste social que tiene el envejecimiento en nuestro país por la vía del recorte de prestaciones, de derechos sociales y ayudas y gastos en materia de sanidad, en materia de pensiones y dependencia».

En su entorno matizaron que permitir la posibilidad de poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura podría «desincentivar» la inversión en investigación y en cuidados paliativos.

En el PP, sin embargo, evitaron ayer en buena medida pronunciarse en público sobre esta reflexión. La mayor parte de cargos interpelados o bien marcaron distancias, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o bien eludieron valorar las declaraciones de Echániz. La líder de los populares en Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, las redujo a «una opinión personal». Y el máximo representante de Castilla y León, Alfonso Mañueco, rehusó manifestarse al respecto y abogó por llegar a consensos con el PSOE para legislar en «defensa de la vida».

En privado, sin embargo, representantes del PP insistieron en el error, a su juicio, de abordar el asunto de la eutanasia desde un enfoque «económico» y, algunos de ellos, advirtieron de que se trata de un debate tan extendido y «aceptado» en la sociedad como «delicado». Esas mismas voces apostaron por no generar controversias y tratar la materia con especial «cuidado». «Pasar de puntillas», coincidieron varios cargos en cómo hacer frente esa cuestión.

Una vez más, el PP se ha topado con uno de esos temas de compleja gestión para el partido. En enero de 2019, tras la convención que los populares celebraron en Madrid para apuntalar su discurso, la formación de Pablo Casado ya abogó, aun con dificultad, por dejar a un lado debates como el del aborto que despertaban discrepancias internas. «Somos el partido de la cultura de la vida», se limitaron entonces a defender.

Esta vez, la dirección del PP ha tratado de reconducir la propuesta de eutanasia con una ley que han calificado de «alternativa» y que se centra en los cuidados paliativos. Y con esa normativa cerraron el miércoles filas.

La cuestión es si al final de la tramitación en el Congreso, el PP dará libertad a sus diputados para votar la proposición del PSOE. En el grupo parlamentario, por ahora, ni lo contemplan ni creen que nadie quiera distanciarse de la posición oficial. Los estatutos, en todo caso, reconocen el derecho al «voto en conciencia» , aunque sólo en aquellas propuestas que «pongan en cuestión las convicciones más profundas».