La vida tras un transplante completo de cara

En un incendio en 2001, este bombero de 42 años sufrió graves quemaduras que le desfiguraron el rostro. Tras pasar por el quirófano más de 70 veces, el año pasado se sometió a esta complicada cirugía de más de 26 horas en la que le trasplantaron parpados, orejas, labios y gran parte de la nariz. "Ya nadie me mira de forma extraña por la calle. Estoy más o menos volviendo a ser una persona normal y corriente que puede hacer actividades normales. Mi vida ha cambiado por completo", ha dicho.

Ahora ha recuperado la vida de antes del incendio. Ha vuelto a nadar o conducir y además ha recuperado parte de la vista. "Ahora puedo ver mejor mientras conduzco. Puedo llevar a mis hijos al colegio y duermo mejor por las noches", ha explicado.

Patrick espera conocer en los próximos meses a la familia del donante, un joven de 26 años que murió en un accidente de bicicleta